Venecia. La cineasta estadounidense Kelly Reichardt desembarcó ayer en Venecia con una historia fallida sobre la radicalización del activismo medioambiental protagonizada por Jesse Eisenberg, Dakota Fanning y Peter Sarsgaard, que cumplen bien sus papeles en una historia que no logra alzar el vuelo.
Night Moves es el título de esta película, con la que Reichardt compite en la sección oficial de la 70 Mostra de Venecia y con la que la realizadora asegura que no quiere lanzar mensajes, aunque no dudó en afirmar que "hay radicalismo en todas partes, pero es un radicalismo aceptado porque la gente gana dinero".
Reichardt mencionó a la petrolera BP o al Banco Mundial como ejemplos de una política radical que ha llevado a la destrucción de gran parte de la masa verde del planeta, pese a lo cual no se mostró a favor de las acciones que llevan a cabo los protagonistas de su película.
Eisenberg, Fanning y Sarsgaard son tres jóvenes que viven en Oregón y están muy concienciados con la situación del medioambiente, por lo que cruzan la línea y pasan a acciones terroristas de denuncia para reivindicar sus ideas.
"No es un filme de mensaje. Es sobre estos tres personajes y sus sentimientos", afirmó Reichardt, que, sin embargo, resaltó que el paisaje en Oregón ha sido fuertemente modificado por la acción del hombre y eso es algo que afecta mucho a sus habitantes. "Es imposible estar allí y no sentirse impactado por los cambios", afirmó Reichardt
De este medio modificado de Oregón partió la idea de esta película, que se quería centrar en la vida de las familias que poseen granjas ecológicas, en las que tratan de ser autosuficientes y minimizar su huella en el planeta. "Todos mis filmes comienzan a desarrollarse con un paisaje, una imagen en mente", explicó la realizadora de películas como Meek's cutoff o Wendy and Lucy.
A partir de ahí involucró en la historia a unos actores que poco o nada tenían que ver con sus personajes a interpretar. "No era consciente de la gente dogmática desde el punto de vista medioambiental", reconoció ayer Eisenberg, que desde Nueva York, donde vive, lo más cerca que tiene de estas cuestiones es el reciclaje de las basuras.
En esto coincidió con Fanning, que no conocía en profundidad estos temas, pero aseguró que, una vez que estás en Oregón, es imposible no notar cambios como los producidos al desviar el cauce de los ríos para que se dirijan hacia las presas.
Un guión que le atrajo inmediatamente por la historia en sí misma pero, sobre todo, por la posibilidad de trabajar con Reichardt. "Soy una gran fan de su trabajo. Estaba emocionada por el hecho de participar en algo que ella dirigiera", afirmó sonriente la actriz, que a sus 19 años ya tienen títulos a sus espaldas como Yo soy Sam o Push.
En cuanto a Eisenberg, protagonista de La red social, lo que más le gustó del proyecto fue un personaje muy callado, que no expresa sus sentimientos, que los oculta, los entierra, hasta que explotan. "El efecto acumulativo de esa ira constantemente enterrada" sale luego de una "forma brutal", indicó el actor.