Lo que su mirada y su cámara han sido capaces de captar y crear ya ha sido expuesto en diferentes puntos de la península, desde Portugal hasta el País Vasco pasando por Madrid. Sin embargo, no ha tenido la oportunidad de hacer lo mismo en su ciudad natal. "No ha surgido el momento hasta ahora pero si alguien en Vitoria quiere...", dice con una sonrisa la joven fotógrafa Laura Arana. De todas formas, no hay que irse muy lejos para perderse por su última propuesta. En realidad, sólo es necesario llevar a cabo el viaje que, por cuestiones profesionales, realiza ella todos los días para ir y venir de San Sebastián. Es el Aquarium de la capital guipuzcoana el que acoge hasta el próximo 15 de septiembre la muestra Carta de navegación.
Cerca de una treintena de instantáneas y casi una decena de montajes audiovisuales componen una producción que desde el pasado mes de junio se encuentra en la sala Nautilus del espacio ubicado entre el puerto de Donostia y el Paseo Nuevo, exposición que además se puede visitar de manera gratuita los sábados 31 y 7 de septiembre en horario de tarde.
A propuesta de Pablo Casares, responsable de Divulgación y Educación del Aquarium, nació un trabajo que sólo tenía una condición previa: el mar. La autora gasteiztarra ya contaba con algo de material realizado durante sus estancias en Portugal, siendo estas imágenes la excusa para ir "tirando del hilo" para recopilar aquellas fotografías relacionadas con el requisito mencionado para completar la visión con otras nuevas creaciones tomadas, sobre todo, a lo largo de la costa vasca.
El resultado son un total de 28 ventanas abiertas en la pared de la sala Nautilus, invitaciones a los espectadores que también tienen su complemento audiovisual. Y es que Arana incluye nueve piezas cortas, como las que suele mostrar en Internet, en las que se presentan fotografías en movimiento completadas por la reproducción del sonido ambiente de cada punto retratado, piezas que, por supuesto, se ajustan al límite fijado a priori: el mar.
"Todas las obras nacen con algo que tiene mucho que ver conmigo. No me propongo ir a sacar fotos. Lo que me gusta es pasear e ir con la cámara para reinterpretar lo que voy viendo. Lo que tienen en común las imágenes de la exposición es la intención de sacar lo bello de la soledad, de ese recogimiento que muchas veces ofrece el hecho de pasear", explica la creadora alavesa sobre Carta de navegación.
De hecho, se da la casualidad de que el Aquarium está exponiendo también estos meses Ura Begi-Bistan de José Javier Serrano Yosigo, una propuesta en la que se pueden ver muchas instantáneas muy coloristas de playas llenas de gente. "Pues yo soy un poco lo contrario", ríe Arana, "aunque me encanta lo que él hace", aclara.
Es en esa sensación de tranquilidad, soledad, recogimiento, retiro donde la imagen se detiene en este caso para, al contrario de lo que el imaginario colectivo suele dictar, no ver algo negativo, sino subrayar ese instante de belleza, de encanto. "Me interesa plantear esta reflexión aunque en realidad la idea vino después de llevar a cabo las fotos".
Así se construye este paseo por la costa de una persona, al fin y al cabo, de interior. "Hace tres años, más o menos, estuve viviendo en Portugal y allí me di cuenta de que el mar existe en invierno. Puede parecer una tontería pero es algo que nos pasa mucho a los que somos, como dices, de interior, que sólo vamos a la playa cuando hace bueno. El hecho de vivir al lado del mar me cambió la visión que tenía puesto que pasó a ser un paisaje cotidiano, un lugar donde pasear cada día con la cámara en la mano, sin importar si llovía o hacía frío. Para mí eso era todo un descubrimiento", describe la autora.
Es en esos espacios en apariencia vacíos donde Arana llena su cámara, una visión que a lo largo de todo este verano comparte con los miles de visitantes que acuden al Aquarium donostiarra, una larga lista que seguirá creciendo hasta el próximo día 15, también gracias a los que desde su Vitoria natal le acompañen a descubrir ese otro mar.