santander. El escritor barcelonés Eduardo Mendoza considera que la idea de que los productos culturales tengan que se ser gratuitos es algo que no acaba de "entender" y reclama que las instituciones se dediquen a proteger la creación y "no tanto" a fomentar la lectura.
"Fomentar la lectura está muy bien, pero que el ciudadano se las componga, como si no quiere leer y quiere ser un burro toda su vida", aseguró Mendoza en una rueda de prensa en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), donde dirige el curso Los libros que hay que leer.
Además, Mendoza (Barcelona, 1943) reclama que la cultura goce de la misma protección que otros productos y critica que la gratuidad solo se proponga para el fruto del trabajo de "algunas personas". "No sé por qué no ocurre lo mismo con el jamón o la merluza", defiende el escritor de La verdad sobre el caso Savolta. A su juicio, se está produciendo una "dejadez" institucional ante los "asaltos injustificados" al arte y "se debería impedir cualquier forma de expolio".
Asimismo, ha criticado la forma de enseñar literatura en el sistema educativo español. "Se tergiversa la enseñanza de la literatura con el convencimiento erróneo de que hay que instigar a los niños a leer", defendió ante los numerosos alumnos que asisten a este curso de la UIMP. Mendoza, que entró hace unos años en la polémica al asegurar que hay un modelo de novela que "ha muerto", se reafirma en esta idea, ya que, a su juicio, se ha acabado un ciclo, "como terminó la novela pastoril o las vidas de santos". "Se están dando en la actualidad nuevos modelos que no se ciñen a lo que es la novela convencional como la metanovela, la mezcla de novela y crónica y de periodismo y fantasía,...", sostiene.
Sin embargo, defiende que la novela negra y policiaca son uno de los mejores géneros para explicar la realidad y serán las obras que dentro de unos años perduren, por encima de otras que hoy en día se consideran más importantes. "La novela negra está cumpliendo con una de las funciones de la literatura que es dar una visión en forma de relato de lo que la prensa nos va contando de una manera muy fragmentada", añadió este escritor, cuyo último libro, El enredo de la bolsa y la vida, plantea una España en crisis a través de las aventuras de un detective anónimo.
En este curso de la UIMP, Mendoza se acercará a la literatura con enorme modestia, ya que está convencido de que no se pueden dar respuestas absolutas a planteamientos transcendentales. Para ello, pone como ejemplo algunas preguntas a las que tiene que contestar a diario como ¿para qué sirve o qué es la literatura?, algo a lo que suele responder "para salir del paso" y dice cosas de las que luego se arrepiente. "Me doy cuenta de que en realidad he dicho tonterías", comenta. Ante tales cuestiones, Mendoza defiende que no cabe una aseveración ni el silencio, que solo queda responder con humildad e "irreverencia".