vitoria. mucho antes de que fuesen considerados como una de las leyendas del rock más perennes de todos los tiempos, el cuarteto londinense Queen sufrió en primera persona las dificultades de iniciar una trayectoria musical de la nada. Sus componentes, el cantante Freddie Mercury, el guitarrista Brian May, el batería Roger Taylor y el bajista John Deacon, no superaban los 25 años cuando consiguieron sacar a la luz su debut homónimo en julio de 1973. Fue a base de sudor y lágrimas.

La banda comenzó grabando sus demos dos años antes, en los estudios Lane Lea Music Centre de Londres. A pesar de no recibir respuestas favorables de las discográficas, obtuvieron una oferta de los estudios Trindent para grabar un álbum. La grabación no estuvo exenta de complicaciones: el cuarteto solo podía utilizar la estancia en las horas en las que no estaba ocupada; es decir, de madrugada. Tampoco fue una tarea fácil llegar al nivel de exigencia impuesto por el productor Roy Thomas Baker, quien los obligó a regrabar Keep yourself alive hasta ocho veces, entre otros ajustes.

Finalmente, la banda publicó su primer álbum por sus propios medios, ya que no consiguieron financiación alguna. Bajo el nombre de Queen, con diez temas que evidenciaban la calidad del cuarteto, el heavy metal y hard rock característico del conjunto dejaba entrever su gran diversidad musical. Las canciones, que versaban sobre temáticas variadas como la vida de adulto, la familia o la religión, fueron compuestas en su gran mayoría por Mercury y May. Los casi cuarenta minutos de duración del trabajo fueron suficientes para causar sensación y hacer salir del anonimato al incipiente grupo de rock que llegaría a ser todo un mito en pocos años.

Aunque el recuerdo de los componentes del grupo de aquel primer trabajo no es especialmente favorable, la recepción de la crítica fue bastante buena. En diciembre del mismo año, la revista Rolling Stone publicó lo siguiente: "No hay duda de que este funky, energético cuarteto inglés tiene todas las herramientas que necesita para reclamar el abdicado trono heavy metal de Led Zeppelin y convertirse en una fuerza verdaderamente influyente en el mundo del rock". Los presagios de la publicación estadounidense se cumplieron.

consagración A partir de entonces los éxitos se sucedieron en la meteórica carrera de Queen. En 1974 publicaron su segundo álbum, llamado Queen II, alcanzando el número 5 en las listas de ventas del Reino Unido. Ese mismo año llegó Sheer heart attack y con él la conquista estadounidense y la formación de su club de fans, reconocido en el Libro Guiness de los Récords por ser la sociedad de seguidores con más afiliados. La consolidación llegó al año siguiente, de la mano de A night at the opera, con el que lograron el número 1 en el Reino Unidos y el 4 en Estados Unidos. No en vano, dicho álbum contiene su legendaria composición Bohemian rhapsody, elegida en numerosas ocasiones como la mejor canción de todos los tiempos. Solo un par de años más tarde llegarían We will rock you y We are the champions, himnos memorables.

Durante los siguientes años el cuarteto siguió ascendiendo mientras las giras se intercalaban con nuevos lanzamientos. El disco Jazz (1978) dejó tras de sí Don't stop me now, mientras que The game (1980) -el primer álbum en el que utilizaron sintetizadores- inmortalizó Crazy little thing called love. El extenso legado musical de los londinenses continuó aumentando durante la década de los ochenta con Hot space, The works, A kind of magic y The miracle. El grupo se tomó un largo descanso tras una gira por los estadios europeos en 1986, pero volvió a publicar, tres años más tarde, The miracle y, poco después, a principios de 1991, Innuendo, álbum contenedor de Don't stop me know.

mitificación En total, el cuarteto publicó catorce álbumes de estudio, cinco en vivo y numerosas recopilaciones con las que ha conseguido más de 300 millones de discos vendidos en todo el mundo. La banda nunca llegó a disolverse, sin embargo, el 23 de noviembre de 1991 su historia se truncó para siempre. Freddie Mercury anunció que padecía sida y murió al día siguiente, rodeado de los suyos, debido a una bronconeumonía agravada por la enfermedad. A día de hoy no existe un sitio físico donde rendirle tributo, ya que el cuerpo del cantante fue incinerado en Londres y las cenizas fueron esparcidas en un lago suizo poco después. Mercury, con su particular extravagancia y genial voz dejó millones de fans que no encuentran quien reemplace el carisma del alma mater de la banda.

Tras su muerte, el resto de los componentes le rindieron sendos homenajes e incluso le dedicaron alguna canción como No one but you, del disco Queen rocks (1995). Con el nuevo siglo, May y Taylor se han presentado juntos ocasionalmente. En 2005 realizaron una gira junto al vocalista Paul Rodgers, de Bad Company, en la que Deacon declinó participar. La clausura de las Olimpiadas de Londres en 2012, en las se pudo ver a Mercury en pantallas gigantes, demostraron que la grandiosa herencia musical de Queen perdura más allá de la mortalidad de los integrantes de la banda.

Los integrantes del cuarteto no superaban los 25 años en su debut. Foto: dna