gijón. La Semana Negra de Gijón hizo ayer un llamamiento a la "resistencia" ante las políticas de recortes por la crisis económica, en la presentación del programa de actividades de la vigésimo sexta edición, que se celebrará del 5 al 14 de julio. El director del comité organizador, José Luis Paraja, y el responsable de contenidos, Ángel de la Calle, destacaron el papel de la Cultura como un elemento transformador de la sociedad y reivindicaron la "resistencia" a las medidas que "impone a Europa una Alemania que no gusta".

El festival celebrará el 25 aniversario de su creación con una programación que rinde homenaje al movimiento obrero y a los escritores de la extinta República Democrática Alemana y recordará el golpe de estado que derrocó al Gobierno de Salvador Allende en Chile. Un centenar y medio de escritores de distintos géneros participarán en una edición que, por segundo año, se celebrará en las instalaciones de un antiguo astillero junto al mar Cantábrico, que hasta 2003, cuando cesó su producción, fue escenario de conflictos laborales.

Como todos los años, el viernes 5 a primera hora partirá de la Estación Chamartín de Madrid el Tren negro que traslada a los invitados a la Semana, y cuya llegada a Gijón marca el inicio de la "fiesta". La Semana Negra es el marco donde se entregan los premios Dashiell Hammet de la Asociación Internacional de Escritores Policíacos a la mejor obra del género publicada este año, el Rodolfo Walsh de relatos de no ficción, El Espartaco de novela histórica, y el Celsius de Ciencia Ficción, entre otros.

Los organizadores insistieron en que, "en estos momentos en que la confusión y la banalidad parecen adueñarse del pensamiento, la Semana Negra deja constancia de que siempre estará del lado de los desposeídos y como es norma, mezclando el grito con la reflexión y la fiesta en la calle con la literatura".