MADRID. El ministro de Educación, Cultura y Deportes, José Ignacio Wert, se declaró el martes abierto a revisar el IVA cultural del 21 por ciento, un "castigo" para el arte, declaró a EFE Alberto de Juan, ya que está desarmonizado con el del resto de países de la Unión Europea, nuestro ámbito natural, donde la media es del 13 por ciento y en el caso de Alemania del 7 por ciento.

"Te afecta enormemente que te suban el precio del cine, pero no te vas a ir a París. A la hora de comprar una obra de arte sí te compensa viajar a cualquier otro punto de Europa", dice el presidente del Consorcio de Galerías Españolas, que ha mantenido recientemente conversaciones con los ministerios de Cultura, Presidencia y Hacienda.

"No podemos competir, no ya en condiciones de igualdad, sino de cercanía", asegura De Juan, también director de la Galería Max Estrella de Madrid.

El "IVAzo", como lo define la veterana galerista y coleccionista Helga de Alvear, ha llegado después de cinco años de crisis económica muy dura, en los que el mercado del arte ha sufrido una contracción del 33 por ciento .

Y la prometida Ley de Mecenazgo no llega, a pesar de que ha desaparecido el presupuesto de las instituciones públicas para adquisición de obras y el apoyo público, y sería lógico, según los afectados, dar exenciones fiscales a la empresa privada para que ocupe el hueco dejado.

"En mi caso, como en otros muchos, sí que estoy en esto por amor al arte", dice Helga de Alvear, que solo vendió una obra en ARCO este año y vio como compraban en dos galerías de Alemania y Austria que estaban a su lado, con un 7 por ciento de IVA, obra de artistas de su galería.

La subida real para las galerías es de entre diez y once puntos, ya que el 21% es también para la importación de las obras de arte y para los artistas, los más caros de Europa, para los que escala 13 puntos, desde el 8 por ciento. Esto impide a las galerías acogerse al régimen especial que tenían antes y aplicar el IVA sobre el margen de beneficio, que al final suponía para el comprador el 10 o el 11 por ciento.

"De ahí es el 'shock', porque una subida de tres puntos dificulta, pero el gran desajuste es el IVA a la importación y a los artistas españoles, que hace muy difícil aportar exposiciones de fuera de la UE para contextualizar a nuestros artistas y encarece enormemente la compra de obras de arte en España", dice Iñigo Navarro (Galería Leandro Navarro), especializado en la vanguardia histórica y el arte moderno. A la última Art Basel de Hong Kong ha llevado obras de Picasso, un valor seguro.

A los galeristas que se lo pueden permitir les quedan las ferias de EE.UU., Latinoamérica y Asia, mercados en los que no tienen que aplicar el IVA. También las ventas en negro o, como augura Helga de Alvear, buscar un lugar al otro lado de la frontera, en Francia. En cualquier caso, Hacienda ingresará menos por IVA.

Los coleccionistas comprarán arte español fuera de España y, asegura Norberto Dotor, de Fúcares. "Dentro de poco habremos retrocedido treinta o cuarenta años, a la época en que en España no había galerías, porque no se reconoce que cumplen una función de difundir y promocionar el arte contemporáneo", lamenta.

Idoia Fernández, de la Asociación Arte Madrid y de la Galería Nieves Fernández, pone el acento en el retroceso de Madrid como centro artístico. "No se podrán ver en galerías, por ejemplo, obras de Bill Viola, porque valdrán un 21 por ciento más, y en Berlín lo van a vender con el 5 o 6 por ciento de IVA".

A falta de datos concretos, en Valencia, dice Ángel Garrido, de la veterana Rosalía Sender, que resiste contra viento y marea, solo quedan otras dos galerías y la crisis se ha llevado por delante a algunas tan significativas como La Nave, la antigua Theo, una de las pioneras de la vanguardia abstracta, así como a Val i 30, descubridora del Equipo Crónica.

En Cataluña algunas galerías han cerrado, o se han fusionado o han cambiado de orientación ante la imposibilidad de asumir los gastos de una exposición y han comenzado a funcionar como agencia de representación, dice Álex Nogueras de NoguerasBlanchard.

Esta situación dramática, en la que algunas galerías de Madrid aseguran que han facturado solo 3.000 o 4.000 euros este año, llega después de que el mercado español del arte creciera en los últimos diez años un 87 por ciento.

Y es que "en España, no existió mercado hasta casi la creación de ARCO. Debido al aislamiento durante la dictadura, el número de galerías era ridículo antes de la Transición, somos unos recién llegados, los museos de arte contemporáneo del mundo tienen un siglo y el Reina Sofia nace en 1992", recuerda el historiador del arte y crítico Alfonso de la Torre, autor del estudio "De la nada al espectáculo".