Madrid. "Una mujer es bella si se siente bella", dijo ayer la top model y novia de Cristiano Ronaldo, Irina Shayk, quien reconoce que habla de moda con su novio y se califica como una mujer "positiva", que considera los celos como un indicio de "inseguridad". La modelo rusa, que declinó contestar a preguntas sobre su vida privada, se describe como una persona "con los pies en la tierra" y muy comprometida con su trabajo. Para no sufrir demasiado por la lejanía de sus amigos y de su familia, procura "ser realista", pero sin olvidar la importancia que tienen los sueños para "seguir adelante".

Prefiere la moda confortable, según confesó ayer durante la presentación de la nueva colección de zapatos de la firma Xti. El calzado, "un buen complemento", ha de definir a la mujer que lo lleva, pero sin olvidar la comodidad. Según la ocasión, Irina Shayk lleva zapatos planos o de tacón, depende de "cómo me levante", bromeó. A la modelo, imagen de otras firmas relacionadas con la moda, no le amedrenta el precio de la fama ni le importan "las opiniones" de quienes no la conocen.

optimista Confesó que le gusta mucho "trabajar con personas" y que lo más importante es "estar a gusto con uno mismo". Shayk vive la vida con "optimismo" y, aunque los mandatos de la moda la obligan "a estar siempre guapa", piensa que el exterior es un reflejo "de lo que somos por dentro"; su estilo refleja su personalidad, "dinámica y positiva". Piensa que las tendencias "no deben" condicionar un vestuario, sino que cada persona debe llevar "lo que le gusta y va con ella". Además, concibe la belleza como algo "subjetivo" en la que no hay guapos o feos; una mujer puede ser "alta, baja, delgada o más gordita", pero "será bella si se siente bella". A pesar de desfilar con asiduidad en traje de baño y ropa interior, es "muy tímida" aunque segura de sí misma y le gusta dormir "muchas horas". Su compañero de campaña, el cubano Juan Betancourt, está "encantado" de trabajar con Shayk.