Que el cine español está sumergido en la madre de todas las crisis es de una evidencia incuestionable. Las estadísticas berrean desde hace años que el número de espectadores que acude al cine a ver películas autóctonas ha descendido paulatina y alarmantemente. Pero, aún siendo conscientes de esta triste realidad, estos días a muchos nos han dado ganas de llorar leyendo una nueva noticia relacionada con esta honda crisis del sector cinematográfico: la emblemática y veterana cadena de Cines Renoir -y la empresa que la sustenta, Alta Films- se está yendo a pique después de estar tres décadas trabajando por la divulgación del cine nacional, europeo y de autor. El hundimiento de la primera distribuidora española de cine se produce -según ha declarado su propietario, Enrique González Macho- por el declive de la asistencia de público a los cines, la subida del IVA cultural hasta el 21%, la ruina absoluta en la que se encuentra el mercado de deuvedé y el nulo apoyo de las cadenas televisivas al cine producido en España. ¿Por qué nuestras televisiones ya no apoyan el cine patrio? Ya no se trata solo de que al público le mole más el cine americano que el español. Hay otra razón de cuño más reciente: en España, siguiendo la estela de otros países, se está haciendo una apuesta muy fuerte por producir series que implican menos costes económicos que las películas y que, por lo tanto, son más rentables. Un botón de muestra de esta nueva realidad es la cadena Telecinco, que recientemente decidió destinar buena parte del presupuesto reservado a adquirir derechos de emisión de filmes en el fomento de series.
También estaba cantado que subir el IVA cultural del 8 al 21% iba a tener unos efectos nefastos sobre todas las industrias culturales nacionales. Pero quizá sea esto lo que nuestro gobierno de derechas quiere: que veamos sólo películas americanas y nos idioticemos más aún. Porque todo esto no responde a una lógica económica: ahora mismo vemos como la empresa de Enrique González Macho ha presentado un Expediente de Regulación de Empleo y va a reducir su parque de salas de las 200 actuales a 20 en los próximos días. Es decir: muchísima gente se va al paro. Y si Alta Films cae, las máximas beneficiarias de esta caída serán las majors estadounidenses pues tendrán más pastel que repartirse.
Alta Films fue fundada en el año 1969. En sus inicios trabajó exclusivamente en el ámbito del cine en versión original subtitulada y del cine independiente, demostrando que se puede funcionar de otra manera, fuera del mercado estrictamente comercial. Muchísima gente se educó con las carteleras de los Cines Renoir. Gracias a ellas se difundió por la piel de toro el cine de autor europeo y español. Su importante labor por la difusión de la cultura cinematográfica es innegable. Esperemos que nuestros poderes públicos reaccionen con rapidez e impidan que esta importante distribuidora se vaya finalmente a pique.