VITORIA. Fermin Muguruza regresa a los escenarios tras varias aventuras audiovisuales. Sin disco nuevo pero con una sólida Kontrabanda, su gira mundial acaba de arrancar en Euskal Herria, aunque habrá también conciertos en ciudades como Ramallah, Santiago de Chile, Bogotá, New York, Los Ángeles, etc. Además, avanza que la segunda parte de la gira (ya en julio y agosto) traerá conciertos en Tokio, Sydney y Londres. "La gira es total, ni edad ni hostias. Iré a varios continentes, estrenándome en Australia", apostilla el ex Negu Gorriak. Eso sí, entre tanto ir y venir, no se olvidará de pasar por Gasteiz. Será, en concreto, el próximo 31 de mayo en la sala Jimmy Jazz, una cita para la que las entradas ya se encuentran a la venta.
Se está convirtiendo en habitual que deje los escenarios durante años.
Solía dejar cuatro años de descanso pero en esta ocasión han sido seis, ya que no hice gira con el anterior Asthmatic lion sound systema. Ahora no tiene sentido decir que es la gira de ese disco y por eso he hecho un recopilatorio de mi carrera en solitario.
¿No echa de menos el escenario?
Como he estado pegado a los músicos en mis aventuras audiovisuales, he sentido la música de cerca. Además, he realizado colaboraciones y actuaciones puntuales en este tiempo. Hay un momento clave para esta gira, una actuación en Aste Nagusia de Donostia, el desembarco pirata que hicimos en un catamarán. Allí hacía cinco años de la última gira, me volví a reunir con los músicos y decidimos que este año había que volver y darlo todo.
¿Sintió la adrenalina en aquellos ensayos?
Sentí que había un montón de cosas que contar y que existía una energía muy fuerte. También estaba midiendo mis fuerzas con la gira de Zuloak (su último documental), en la que solía actuar yo después de ellas.
¿Físicamente está bien de aquellos problemas asmáticos?
Estoy? (duda) como un león, aunque asmático (risas). Estoy otra vez fuerte y había que salir.
Fuerte a los 50 años ¿no?
Los cumplo el 20 de abril. La medianoche de la víspera me pillará actuando en el Plateruena de Durango, que es como tocar en casa. Ya he celebrado allí un cumpleaños, con tarta incluida.
¿Qué le ha ofrecido su trabajo audiovisual en este impasse musical?
Me ha permitido seguir en contacto con la música y he aprendido mucho con nuevos músicos árabes y en otros países, sintiendo una gran energía y compartiendo su emoción y química. Me ha enriquecido mucho también a nivel personal. Me he especializado en el documental musical, sí.
¿No le atrae la ficción?
Con Zuloak existe mezcla entre ficción y realidad. Actualmente es lo que me atrae, esa frontera entre ambas y seguir la idea de los documentales de creación. La ficción absoluta no la contemplo en estos momentos.
Fue a Kurdistán a 'estrenar' oficiosamente esta gira. ¿Cómo se sintió?
La fecha de inicio era abril pero nos llegó la invitación del Newroz (fiesta nacional del Kurdistán), en la capital kurda, y nos avisaron que iba a ser algo histórico y que habría una declaración importante. Hubo un millón de personas en una explanada inmensa, con sus banderas y allí se produjo el mensaje del encarcelado líder del PKK, Abdullah Öcalan, poniendo fin a treinta años del conflicto armado con el Estado turco. Dijo que era el momento de la política y de que callaran las armas, lo que resultó emocionante. Y nosotros allí, viviendo ese momento histórico y tocando Newroz, mi canción del disco Brigadistak? La gente enloqueció con nosotros, se puede ver en varios vídeos. Es difícil de contar.
También tiene previsto tocar en esta gira en Ramallah. ¿Otra cita especial?
Claro. Estaremos allí, en Cisjordania, el 11 de abril. Hicimos allí el documental, trajimos a sus músicos aquí, a actuar en el Jazzaldia de Donostia y yo fui al estreno allí. Ahora regreso con mi propia banda y se ha implicado el Ayuntamiento de la ciudad y los músicos con los que colaboré, así que será una fiesta especial, uno de los puntos clave. En esta gira hay muchos, ya que volveré a Euskadi, el 1 de mayo estaré en Berlín y luego en un montón de festivales.
Los contactos de tantos años le habrán servido para esta gira, ¿no?
Efectivamente, toda la gente que conozco de estos treinta años. ¡Es increíble, 30 años ya! Y aquí seguimos. Eso es bueno.
Por cierto, en mayo y junio hará un concierto cada tres días.
Sí, y falta la segunda parte de la gira, en otoño. Hemos avanzado conciertos en Tokio, Sydney y Londres, pero el resto no. Haré varios festivales. En plan gira, total, ni edad ni hostias, y yendo a varios continentes, estrenándome en Australia, donde nunca he estado.
¿Cuántos son?
Somos una troupe de trece personas, nueve en el escenario. Y lo grabaremos todo, para tener un documental de la gira.
Sus músicos son gente fiel, 'repetidores' de muchos años.
(Risas). Es gente al estilo espartano. Jon Elizalde suele contar que duerme con el trombón debajo de la cama. Es como una célula durmiente, listo siempre para salir corriendo a tocar donde haga falta.
Una banda anterior se llamó Kontrabanda, ahora Kontrakantxa? ¿Siempre a la contra?
Y vivo en Kontrakalea. Ese es mi espíritu, el de poner en cuestión y en solfa todo lo que nos dan masticado. Somos el contrapunto y en el lenguaje pelotístico (sic), la contracancha es esa parte donde no puede botar la pelota pero sí puede estar el pelotari.
¿Ha editado un recopilatorio para la gira porque no tiene canciones nuevas?
No me ha dado tiempo, aunque he hecho cosas para algún cortometraje. Hay alguna remezcla y se ha reinterpretado algún tema antiguo, lo que ofrece sorpresas.
No hay previsión de disco nuevo...
Algunas ideas sí hay y sacaré algo, pero no el año que viene. La mezcla actual es terrible porque está la música que he escuchado por todo el mundo y me he vuelto a acercar al rock.
Desde la colaboración con Dut no lo había hecho.
Tienes razón. Ahí dejé las guitarras distorsionadas, a las que me he vuelto a acercar tras ver a Capsula, buenos amigos, y he escuchado mucho el último de P. J. Harvey, o a Maika Makovski, cuyo guitarrista toca conmigo.
Desde ese lugar privilegiado que atesora, ¿cómo ve la escena musical actual de Euskal Herria?
Ratzinger son como mis hermanos, y Gora Japón y Willis Drummond están bien. Bueno, todo lo que está sacando el sello Bidehuts. Es cierto que hay un embrión que está cogiendo una gran fuerza aunque no lleve a mucha gente. Me gusta que la escena se empiece a fortalecer con cosas transgresoras como las Elvis Reverb. Hay que tirar la vergüenza por el water y hacer cosas frescas e irreverentes, como en los 80. No importa no ser muy técnicos, sino contar historias.