sitges. El director hispanoargentino Marcelo Piñeyro está rodando en España su última película, Ismael, junto con Belén Rueda, Mario Casas, Juan Diego Botto y Sergi López, una cinta que ha calificado de "casi comedia".
Ismael comienza con un niño de 8 años (Larsson do Amaral) que se sube en el AVE en Atocha en dirección a Barcelona a la búsqueda de su padre, pero en su lugar encuentra a su abuela Nora (Belén Rueda) con la que, explica el director, "comienza el viaje a la casa de Félix (Casas), su padre, y en ese periplo se van sumando personajes". Ese grupo inicial de personajes, "todos encerrados en su crisálida", se transforma a partir del viaje de Ismael, que "rompe su inercia y los embarca en una historia de descubrimiento". Todos esos personajes que estaban en un mayor o menor nivel de felicidad, acaban aceptando que "la felicidad es posible y que siempre hay una nueva oportunidad".
Piensa Piñeyro que "la película muestra diferentes estados del amor, el más apasionado, el sublimado, y habla también de ese amor según generaciones, pues no hay una edad que determine un tipo de amor". Además, la película habla también sobre la familia, ese "nido que el ser humano siempre necesita para salir adelante". Trabajar con Mario Casas y Belén Rueda, añade el cineasta, está siendo maravilloso ya desde los ensayos: "En cada reunión de trabajo se descubren facetas nuevas y ahora el rodaje también está siendo un viaje de descubrimiento. Son actores con una enorme sensibilidad que te provocan todo el tiempo ir a lo más profundo, sin perder el humor que tiene la película", explica. Piñeyro es el autor de esta historia que comenzó en los personajes y, a partir de ellos, se fue armando la trama, que en su primera parte podría ser considerada como una road movie.
Mario Casas señala que su personaje es "difícil de explicar, porque tiene una carga emocional y un pasado bastante complejo". Félix es un educador social que tuvo un accidente de moto hace 8 años, un suceso que coincidió en el tiempo con "una historia de amor con una mujer, una relación que duró poco. Ocho años después sigue con el recuerdo imborrable y ahí aparece Ismael, su hijo". Tanto Casas como Rueda se han elogiado mutuamente. "Me habían hablado maravillas de ella; es una compañera fenomenal, me está ayudando y estoy aprendiendo mucho con ella", dice Casas sobre la protagonista de Mar adentro, que en esta cinta mostrará una faceta desconocida en la actriz, según su compañero de reparto. Y Rueda se congratula de poder encontrar proyectos interesantes, porque "la idea de que las actrices no podían trabajar pasados los 40 ha cambiado".