MADRID. Al ver cómo "se tambaleaba" cuanto se había conseguido en España en los años de democracia, Antonio Muñoz Molina sintió "una necesidad poderosa" de escribir sobre la crisis. El resultado es el libro Todo lo que era sólido, un lúcido ejercicio de memoria con el que invita a "la rebelión cívica".

"Este libro es un ejercicio de defensa de las cosas fundamentales que no pueden perderse y que nos serán arrebatadas si no las defendemos: las libertades públicas, la legalidad democrática, la sanidad y la educación de todos", afirma Muñoz Molina en una entrevista con Efe con motivo de la publicación de este ensayo que llegó ayer a las librerías. Testimonio, denuncia y recuerdos personales se mezclan en esta obra, en la que no sale bien parada la clase política "cuyo interés -asegura- está en perpetuarse, en aumentar su poder y su riqueza, y en servir a sus amos, que son los dueños del dinero, los que mandan de verdad". "El desprestigio de la clase política a nadie se debe más que a ella, y está bien que se desprestigie el que roba, el que es sinvergüenza. Deben estar en la cárcel". Pero en España "nadie paga por lo que hace mal, por los casos de corrupción", asegura.

También le preocupa, "el desprestigio de la ciudadanía: los ciudadanos tampoco tenemos grandes motivos de orgullo. Hemos sido pasivos, les hemos seguido el juego a los políticos. La ciudadanía ha sido la que ha elegido a políticos corruptos, condenados", señala este novelista, uno de los autores españoles de mayor prestigio internacional.

Las personas de su generación han vivido "en dos mundos: entonces sabemos cómo era antes de la democracia, y sabemos lo que hay ahora. Eso nos da una perspectiva y nos da una responsabilidad". "Sabemos lo que es no tener libertad, no tener buena sanidad pública, lo que es vivir en un país aislado. Y hemos visto con nuestros propios ojos cómo se hacía este sistema y por lo tanto sabemos de dónde vienen muchos de sus defectos", comenta Muñoz Molina.

Funcionario público por oposición, en los ochenta ya se dio cuenta de cómo "el sistema democrático estaba siendo infectado desde el comienzo por el partidismo. Y de eso no se hablaba, de cómo iba a ser un problema terrible para la democracia, como efectivamente lo fue".

Muñoz Molina reclama el acuerdo entre las fuerzas políticas para sacar al país de la crisis y considera necesaria también "una rebelión cívica para rescatar los territorios de soberanía usurpados por la clase política". "Me llena de esperanza la movilización ciudadana ante los desahucios y el modo en que el personal sanitario lucha por la sanidad pública". En el libro da una visión esperanzadora, a pesar de lo demoledoras que son algunas páginas.