Vitoria. Como sucede desde que el mundo es mundo, a la noche le sigue el día; cuando dejamos de ver las estrellas, sale el sol. En este caso, cuando ya se va apagando el fulgor de las estrellas (de las de la Guía Michelin, naturalmente), aparece el sol o, mejor, los soles de la Guía Repsol, por supuesto.

Unos quinientos. Muchos para pararse en todos. Dejémoslos en los restaurantes que lucen la máxima calificación, tres soles: son veinticinco, tres más que el año pasado.

Ha habido cuatro ascensos y un cierre (Arrop, de Valencia). Los ascendidos han sido el Abac barcelonés, el portuense Aponiente, Can Jubany, de Calldetenes, y el madrileño Zalacain, que los recupera, de lo que, personalmente, me alegro mucho. Para hacer un paralelismo entre guías, de la Michelin consideraremos los restaurantes que tienen tres o dos estrellas, respectivamente siete y diecisiete. Veinticuatro en total, casi como los tres soles repsolescos. La cosa está equilibrada.

Pero no igualada. Qué va. De los siete tres estrellas, seis tienen tres soles: los donostiarras Akelarre y Arzak, el gerundense El Celler de Can Roca y, además, Sant Pau (Sant Pol de Mar), Martín Berasategui (Lasarte) y Quique Dacosta (Dénia), nuevo tres estrellas. El vizcaíno Azurmendi, la gran sorpresa de la Michelin, que con su tercera estrella cogió desprevenidos a todos, se mantiene con sus dos soles en Repsol.

Sigamos con los números, que son una cosa muy árida, pero que lo deja todo bastante claro. De los tres soles de Repsol, nueve tienen dos estrellas Michelin: Abac, de Barcelona, que las estrena; el también barcelonés Lasarte; el cacereño Atrio; los madrileños Diverxo, Ramón Freixa, Santceloni, Sergi Arola Gastro y La Terraza del Casino, y el marbellí Calima.

¿Y los demás? Pues los tres nuevos tres soles antes mencionados tienen solamente una estrella Michelin cada uno. Lo mismo sucede con el asturiano Casa Gerardo, los vizcaínos Etxebarri y Nerua, el guipuzcoano Zuberoa, el barcelonés Via Veneto y el manchego Las Rejas, de Las Pedroñeras. Y hay uno, el mítico Hispania de Arenys de Mar, que mantiene sus tres soles Repsol y no aparece ni mencionado en la Michelin.

En sentido contrario, hay restaurantes con dos estrellas que la Repsol no valora tanto. Los barceloneses Enoteca y Moments, que las lucen este año por primera vez, no pasan de un sol Repsol. En la misma situación está el Miramar, de Llançá. Dos estrellas y dos soles tienen Casa Marcial, de Arriondas; El Club Allard, de Madrid; el Mugaritz, de Rentería; Les Cols, de Olot, y Can Fabes, de Sant Celoni. En cuanto a Navarra, hay siete restaurantes con dos soles y cuatro con un sol.

Y esto es lo que hay. Nada nuevo bajo el sol... ni bajo las estrellas. Se seguirá acusando a la Michelin de rácana con la cocina española; como ven, a la hora de catalogar como "grandes" a los restaurantes, allá se anda con la siempre generosa Repsol.