MADRID. En Oscar Niemeyer, de 104 años y fallecido la pasada noche en Río de Janeiro, "muchos de los jóvenes experimentales de hoy ven a su maestro", ha asegurado Fernández-Galiano sobre el primer arquitecto brasileño distinguido con el premio Pritzker(1989), considerado el premio Nobel en esta disciplina.
Según este experto, el brasileño que "ha conseguido sobrevivir a muchos cambios y mudanzas de la arquitectura" será recordado, sobre todo, por sus expresivas obras de los años 50, con la ciudad de Brasilia (diseñada junto a Lucio Costa) como "su gran creación", una "epopeya fabulosa construida desde la nada".
Fernández-Galiano ha destacado lo extraordinario de que Niemeyer haya seguido activo (y fumando puros) aún siendo un hombre centenario, una "proeza biológica" que también forma parte de la admiración que despierta el arquitecto.
Brasil, ha asegurado el especialista, no se entiende sin un arquitecto que "creó una modernidad para su país en sintonía con los cambios extraordinarios que Brasil experimentó".
"Creó símbolos para nuestro tiempo y para el contexto específico brasileño, y cierto que en su obra es un discípulo de Le Corbusier, pero un discípulo tropical", ha aseverado.
Del legado de Niemeyer, ha destacado cómo éste introdujo la curva en la arquitectura, "una referencia a veces menospreciada por la modernidad más rectilínea y que él asociaba a las curvas de la mujer brasileña".
"Supo hacer una arquitectura capaz de comunicarse con el público.
Sus edificios hoy día siguen siendo visitados por la población en general y no sólo por los arquitectos. Pocos han conseguido generar formas que desborden el aplauso de los colegas", ha subrayado.
Pero Niemeyer no es sólo Brasil, ya que "ha dejado muestras de su talento en toda Europa".
En España su único edificio es el Centro Niemeyer de Avilés,
levantado "sólo a partir de unos croquis que él tuvo la generosidad de donar", ha recordado el director de AV/Arquitectura Viva.
Fernández-Galiano también ha aludido al compromiso político de Oscar Niemeyer, "un hombre de izquierdas hasta el final de sus días, con una consistencia y tenacidad que no pueden por menos que admirarnos".