Una víctima más. Pero son ya demasiadas. El mundo de la moda estatal se resiente por la maldita crisis y son muchas las firmas que se ven obligadas a rediseñar sus empresas, cambiar de estrategias de mercado o directamente echar la persiana. Nombres propios como El Delgado Buil y Carmen March desaparecieron del mapa. Otras como Amaya Arzuaga han tenido que cerrar tiendas y taller. Adolfo Domínguez las está pasando canutas. David Delfín se ha tenido que dejar sus tiendas por el camino. El final de Elio Berhanyer fue otro drama de la crisis. Miriam Ocariz o Alma Aguilar dejaron Cibeles... y así sigue una lista demasiado larga a la que esta semana se unía uno de los grandes de la moda estatal; el vitoriano Modesto Lomba, propietario de la firma Devota&Lomba. Una de esas marcas con peso propio y con un recorrido largo e impecable. El creador vasco, con el aplomo y la sencillez que le caracteriza lo dijo alto y claro: "Nosotros desmontamos nuestro taller de muestrario para externalizarlo", confirmó el actual Presidente de la Asociación de Creadores de Moda de España (ACME).
El creador engloba este acto dentro de su política de externalización y explicó que esta actividad se traslada a Galicia a un taller que, según Modesto Lomba, goza de mayor tecnología y les permitirá crecer mucho más.
Pero los problemas no quedan ahí, ya que una de las cortadoras, Agustina Giles, le ha denunciado porque, según ha explicó ella misma le debe más de 5.000 euros de nómina y les negó cualquier tipo de indemnización. "Hizo un mercadillo del 2 al 4 de octubre y creíamos que nos iba a pagar con lo que sacara pero se lo ha quedado él", aseguró. Modesto Lomba, que rechazó estas acusaciones, apuntó que espera "poder darles la sorpresa de que en un periodo de tiempo podamos volver a recuperarlos".
No obstante, no contempla poder contratar de nuevo a Agustina Giles "ella se quería jubilar y por edad es simplemente no aplicable".
El empresario se refirió también a 1993, cuando tras la muerte de su socio José Luis Devota la marca tuvo que cambiar totalmente su diseño: "Desde entonces no producimos nada nosotros directamente" y ahora, con el objetivo de reducir costes ante la caída de ventas, han decidido prescindir del taller.
valor agregado
En busca de soluciones
El creador vasco ya advirtió de la situación hace poco, cuando con motivo de su presencia en la a exposición de moda Minerva Fashion, que tuvo lugar en la ciudad de Guadalajara (México) hace unos días y en la que mostró sus diseños, hizo las siguientes declaraciones. "La industria ha dejado de ser competitiva por los costes de la ropa china, que es buena, bonita y barata". Mientras que afirmaba que las marcas reconocidas como de alto coste han tenido que reconfigurar sus sistemas de producción y venta para intentar sobrevivir a la competencia china.
Y es que razón no le falta, sobre todo si se tienen en cuenta algunos datos del Instituto Nacional de Estadística, que apuntan que en España 22 grandes empresas textiles de confección y de cuero y calzado han cerrado en los últimos cinco años, lo que representa una caída de 38 % en relación con 2007. En este sentido Lomba afirmó que ante los cambios que impone la competencia de la "moda pronta" china y la crisis económica mundial, los empresarios del sector deben dar un valor agregado a sus creaciones para no desaparecer.
"Insistimos en que la poca industria que tenemos aún si no incorpora creatividad, diseño y valor añadido no podrá competir con el bajo coste de la china y desaparecerá por completo", advirtió.
Explicó que para lograr una mejor rentabilidad se debe apostar por prendas con ideas creativas, procesos de producción especiales y una marca propia a "precios sostenibles". Una fórmula tan acertada como complicada de conseguir.
época complicada
Para echarse a temblar
Y los datos que acaban de salir en un informe elaborado por la consultora DBK no hacen más que darle la razón al diseñador alavés y su intento por advertir la situación. ¿Por qué? pues porque parece que las ventas de moda retrocederán un 3,5% este año en España como consecuencia de la contracción del consumo final de los hogares y la intensa competencia en precio. Tal cual.
Según DBK, el deterioro de la renta disponible de los hogares ha marcado la evolución reciente del sector de distribución minorista de confección, repercutiendo negativamente en las ventas y provocando una creciente orientación de la demanda hacia productos de bajo precio.
Así, el mercado se redujo un 16% entre 2006 y 2011, situándose en el último ejercicio en 15.390 millones de euros, un 0,3% más respecto al año anterior.