Reflexionar acerca de los entresijos del sistema -social, económico, cultural...- ha sido moneda de cambio habitual de Juan Ibarrondo desde hace muchos años. A través de sus opiniones como columnista, de su labor en la revista Resiste, de la radio libre Hala Bedi, de libros, de guiones... Por eso, que su nueva colección de páginas, GEROTRON-2050 (Libros en acción, 2012), reflexione una vez más sobre el sistema, sobre su ocaso, en forma de distopía, no puede extrañar a nadie, aunque "ahora se ha convertido en un lugar común hablar de sus estertores entre los intelectuales mediáticos; cuando escribí Retazos de la red era más difícil".

Y es que, cuando todo se movía in crescendo, desde los bancos y empresas hasta las burbujas, cuestionar las claves del sistema capitalista, del sistema de mercado, podía granjearle a uno la calificación " de aguafiestas, aunque ya había síntomas para ver lo que iba a pasar. No hay mayor ciego que el que no quiere ver".

Ibarrondo sí lo intuyo, y lo transformó en esa primera novela que no tenía intenciones de secuela, pero que, a través del apoyo del difunto Ramón Fernández Durán -al que está dedicada- comenzó a tomar forma hacía la colección editorial de Ecologistas en acción. GEROTRON-2050 propone "una visión muy negra del futuro, como yo creo que sería si no hiciéramos nada para evitarlo", reconoce el autor gasteiztarra, que sin embargo apuesta por la esperanza y no piensa que éste vaya a ser el paisaje del devenir humano, aunque para ello se requerirá de un "cambio radical, en el sentido de cambio de la raíz"

En el ocaso de la civilización que plantea Ibarrondo, dos grandes empresas transnacionales pugnan por el control absoluto de la economía mundial y, con los combustibles fósiles a punto de agotarse, GEROTRON quiere sustituirlos por energía de tracción humana. "Lo que en Retazos de la red (Bassarai, 2005) era arquitectura, aquí es decoración", un mundo ya planteado que empieza a colorearse, que salta del ensayo con tintes de ficción a un nuevo terreno, el del thriller con tintes de novela negra en el que Ibarrondo se ha sumergido influenciado por sus numerosas experiencias recientes en el guión cinematográfico. "Es una novela pura y dura y no un ensayo, tiene más acción que reflexión. Una novela no puede ser un ensayo disfrazado, y son los propios lectores los que tienen que hacer las reflexiones".

Reflexiones que pueden llevarles a la posibilidad o no del mundo que se plantea en la novela, que no deja de sumergirse en una realidad medida, la de que petróleo y gas afrontan su límite en torno a la mitad de este siglo. Una nueva era del carbón es lo que plantea Ibarrondo ante este agotamiento, que cumple con los picos de cambio que vienen aconteciendo a través de la historia al ser humano. ¿Por qué hay tantos libros y series de corte histórico, dedicados muchos de ellos a la caída del Imperio Romano, en los últimos tiempos? La ficción dispone sus reflejos de lo que observa a su alrededor. A veces, tienen forma de utopías o distopías, pero en otras ocasiones toman la fidelidad del eje cronológico pretérito para tratar de explicar lo que ahora sucede a través de lo que ya tuvo lugar hace muchos años.

Vivos, muertos y viajeros. Retazos de la red. La ruinas de la catedral nueva. Metamorfosis. GEROTRON-2050... Son las interpretaciones de la realidad, del sistema -desde el pasado, futuro y presente- que ha dibujado hasta la fecha Juan Ibarrondo, que ya ha comenzado a observar las interpretaciones que de su propia interpretación ha realizado el público, tras la presentación del volumen en Gasteiz, a la que sucederán otras por el panorama vasco y una puesta de largo en Madrid.

Proyectos de guiones son sus próximas incursiones en la ficción, mientras que una posible tercera parte de esta saga, a la que no se niega, puede estar barbechándose en su mente. "Pero ahora hay que dejar reposar" al nuevo vástago. Permitir que sus reflexiones, más acciones que nunca, se cuelen poco a poco entre los lectores aportando un nuevo paso narrativo en su carrera. Quién sabe cuál puede ser la nueva huella editorial de Juan Ibarrondo. Lo que es prácticamente seguro es que el sistema, de una u otra manera, a través de un tiempo u otro, volverá a ser el protagonista de las páginas.