París. Woody Allen, que estrena esta semana en España A Roma con amor, una sucesión de tópicos y chistes que hilan una visión idealizada de la ciudad con Penélope Cruz y Roberto Benigni, asegura que su objetivo con sus filmes es "entretener a la gente".
Esa es para Allen la primera obligación de cualquier director, en un oficio en el que él aspira a seguir trabajando "hasta que la salud aguante y pueda seguir recaudando dinero". Tras el turno de Londres, Barcelona y París, el guionista, músico y escritor vuelve a Europa para plasmar una historia que, según contó ayer en su presentación en la capital gala a un reducido grupo de corresponsales, entre ellos Efe, fue escrita especialmente para Roma. Una ciudad, a su juicio, enérgica y complicada, llena de ruido y tráfico, con gente "que no se toma la vida muy en serio", y que consigue que el visitante pierda el sentido del tiempo y de sí mismo. Eso reflejan las cuatro historias independientes, en torno a un conocido arquitecto (Alec Baldwin), un director de ópera retirado (Allen), un provinciano (Alessandro Tiberi) que busca impresionar a la familia de su novia, y un tipo corriente que de repente se convierte en una celebridad (Benigni). La financiación es lo que le ha llevado en los últimos años a rodar en cada una de las ciudades protagonistas de sus películas, al conseguir en ellas financiación para sus proyectos, pero el cineasta no tiene la impresión de "vender" sus ideas a quienes ponen los fondos. "Aceptan trabajar bajo mis condiciones. En EEUU eso no les gusta y no me dan el dinero, pero el resto no lee el guión, no tiene nada que ver, me compran solo a mí", señaló. Ese acuerdo beneficia a ambas partes: Allen consigue estar en lugares que le "encantan", y los inversores, el mejor golpe de publicidad posible.
El neoyorquino reconoce que quizá no lleve en sus genes lo necesario para realizar una obra maestra. "Lo he intentado e intentado y creo que he hecho buenas películas, algunas normales, otras malas, pero una obra maestra, siempre lo intento y nunca lo consigo, así que empiezo a pensar que quizá nunca vaya a lograrlo".