Leitza. Probablemente, Xabier Perurena (Leitza, 1987) se hubiera echado a reír si hace algunos años alguien le hubiera dicho que a los 25 años pasaría la mayor parte del día estudiando guiones y libros sobre dirección de cine. Los libros nunca fueron lo suyo y, por eso, en cuanto cumplió los 16, abandonó el instituto para comenzar a trabajar en la carnicería familiar, en el negocio del clan de los Perurena.

Casi una década después, el hijo menor del polifacético levantador de piedras Iñaki Perurena continúa atendiendo el negocio pero, además, se ha sumergido en diversas aventuras audiovisuales que compagina haciendo lo imposible con su oficio de carnicero. Su último reto: grabar un largometraje. Pero no una película cualquiera. Parle vu euskera es la adaptación de una obra de teatro y Perurena ha logrado filmarla en un tiempo récord de cuatro días. Eso sí, la aventura casi le cuesta la salud: ha trabajado hasta 18 horas diarias y ha perdido tres kilos en solo 15 días.

Al igual que sucede con su padre, es difícil encontrar una sola palabra que defina a Xabier Perurena. ¿Carnicero?, ¿actor?, ¿director? Se necesitan al menos tres palabras para dar con la definición correcta y cuesta creer que este joven emprendedor se conformará con sólo estas tres palabras en el futuro. Hay que retroceder unos cinco años para entender la transformación que ha vivido este actor que ya empieza a romper los corazoncitos de las telespectadoras más jóvenes de la serie Goenkale de ETB-1.

Los inicios

Un casting lo cambió todo

Tal y como relata, su vida cambió radicalmente hace cuatro años, cuando superó un casting de la serie Goenkale, en la que trabajaba su padre. El tercero de los Perurena siempre había sentido atracción y admiración por el teatro y la televisión, pero hasta entonces nunca se había planteado dedicarse profesionalmente a ese mundo. De hecho, jamás se había puesto delante de una cámara y no había participado en un solo casting. Hasta que decidió probar suerte, a pesar del rechazo frontal de sus progenitores, especialmente el de su padre.

Como explica, su aita no quería que siguiera sus pasos en el mundo de la interpretación. Y por eso, para evitar más rencillas familiares, Xabier dio los primeros pasos casi en secreto. Sin dejar de trabajar en la carnicería, contactó con varias productoras, cadenas y representantes para darse a conocer. Quería ser actor y la suerte no tardó en llamar a su puerta.

Al poco tiempo, recibió una llamada desde Madrid ofreciéndole un pequeño papel en la serie Yo soy Bea. Perurena reconoce que su paso por esta serie de Telecinco dejó bastante que desear, ya que su participación se limitó a vestirse con un taparrabos, cual si fuera Tarzán. Aun así, cree que ese primer paso le sirvió para reafirmarse y seguir esforzándose.

Poco a poco, fue abriéndose camino y, cuando supo que Goenkale buscaba nuevos actores, no dudó en presentar su candidatura. Tuvo suerte y ahora se encuentra a las puertas de comenzar a grabar su cuarta temporada. Por las mañanas, Xabier encarna a un joven er-tzaina de Goenkale y por las tardes, corre a la carnicería para preparar la carne que vende su tía Maxux. Y, si es necesario, también atiende a los clientes.

Este joven leitzarra ha transcurrido los últimos tres años entre los estudios de ETB en San Sebastián y la carnicería familiar. Pero, como el resto de los integrantes de la familia Perurena, también ha atendido a los visitantes que llegan al museo Peru Harri que han creado su padre y su hermano Inaxio. Además, en las fiestas de San Tiburtzio y en otras ocasiones especiales ha trabajado de camarero en diferentes bares del pueblo. Y, por si fuera poco, este otoño y parte de 2013 estará de gira con una obra de teatro que llegará a todos los rincones de Euskal Herria.

Es evidente que el perfil de este leitzarra no corresponde al de un desempleado en crisis, aunque remarca que "nada le ha venido dado"; que cuando sus amigos están de fiesta él se dedica a servir copas para financiar sus sueños y que no se le caen los anillos por desempeñar todo tipo de tareas.

inversión

Del teatro al cine

Después de tanto trabajo, el pequeño de los Perurena decidió convertir su sueño en realidad y se animó a grabar una película. "No tenía ni idea de cómo hacerlo, pero me encerré seis meses en casa, leí un montón, pedí consejo a mis compañeros técnicos de Goenkale y decidí dar el paso", rememora.

Una vez tomada la decisión, se acordó de la obra de teatro Parle vu euskera que representaron años atrás tres actores del pueblo y la propuesta de convertir la obra en película obtuvo una respuesta fabulosa. El equipo de Miel Mari Elosegi Luze, Sergio Merino y Kristina Urrutia aceptó rápidamente la propuesta y el resto del cartel lo conformaron Juani Barriola, Itziar Ituño, Félix Arkarazo, Teresa Calo, Bihotz Astibia y el propio padre de Xabier, Iñaki Perurena. Incluso él mismo hace un pequeño papel en la película.

El joven invirtió todo su capital en la adquisición de cámaras, luces, trípodes y vestuario para su ópera prima. Y una vez cerrados los preparativos, comenzó a rodar el filme por las calles de Leitza, para sorpresa y admiración de sus vecinos. Acostumbrados a verlo en la carnicería o en la pequeña pantalla, de un día para otro, el tercero de los Perurena se había convertido en director de cine.

El rodaje finalizó el pasado fin de semana y ahora Xabier está centrado en la edición y postproducción del trabajo. Como amateur, no sabe el recorrido que tendrá su película, pero, por de pronto, se muestra feliz y satisfecho por haber superado con creces el reto. "No sé si lograré un buen resultado, si algún día llegará al cine, a la televisión o se proyectará en las escuelas, pero me doy por satisfecho porque ha sido una experiencia maravillosa y he aprendido muchísimo", indica.