BILBAO. Cuando los voceros anuncian que el averno ya está aquí, que estamos abocados a resbalar por la pendiente del inframundo, cuando afloran quejicas y agoreros que dan por seguro el Apocalipsis cultural, asoman nuevas energías que sostienen justo lo contrario, y que, además, se atreven a desafiar al statu quo, sumido en un pesimismo que tiende a retroalimentarse. Proclaman que "la música no está en crisis" y se acaban de asociar par tratar de promocionar sus trabajos. Así ha nacido Taupaka (www.taupaka.com), una nueva asociación que engloba a una treintena de grupos musicales de toda Euskal Herria. "Cuando desapareció la plataforma MusikHerria, aquellos que estábamos inmersos en el proyecto decidimos hacer algo nuevo siguiendo sus planteamientos pero tratando de no cometer los errores que se cometieron allí. Además, tenemos más experiencia y los tiempos han cambiado. Hay que amoldarse y tenemos que crear nuevos caminos para hacer frente a los nuevos retos", afirma María Rivero, cantante de Siroka y de Hutsa.

La nueva plataforma surge para "impulsar proyectos creativos de grupos vascos, y aunque de momento se ciñe al ámbito musical, queremos extender la propuesta a todas las disciplinas creativas", tal y como señala Ibon Castedo. El músico sestaoarra es consciente de las dificultades que puede acarrear eso, pero se muestra confiado: "Un artista tiene sus problemas, o un escritor, diferentes a los que puede tener un músico. Lo sabemos, pero lo que queremos es impulsar una asociación donde haya un trabajo colectivo y unos recursos compartidos, un lugar común que nos sirva para contrastar y afrontar nuestros problemas".

Además, huyen de los circuitos mercantilistas. "Apostamos por la autogestión, por caminos no mercantilistas, por el valor de lo alternativo, porque vemos que el modelo mercantilista está haciendo mucho daño a la cultura vasca, y queremos subrayar que la creación vasca no está en crisis, las que están en crisis son ciertas industrias culturales", insiste Rivero.

De momento, Taupaka está inmersa en un proceso de gestación donde trata de hacer llegar su mensaje a todos los rincones de Euskal Herria, además de gestionar el dinero recaudado con las posibles descargas de canciones y las contrataciones de conciertos de sus asociados. "De momento somos una asociación cultural, pero a medio plazo nos gustaría transformarnos en cooperativa. Esa es nuestra meta. De momento lo único que pedimos es que aquellos asociados respeten nuestra naturaleza y que estén de acuerdo con los objetivos que nos hemos marcado. Por ejemplo, han de apostar por el copyleft -es decir, si están en SGAE no podrán estar en la asociación-, por la autogestión, y deben tratar de impulsar el papel de la mujer en sus proyectos", confiesa María Rivero.

Para distribuir su material han apostado por DDT (sito en el Muelle Marzana, Bilbao) y piensan seguir contactando con asociaciones y grupos que coincidan con su filosofía. También tienen prevista una fiesta de presentación para el 6 de octubre. Taupaka, una nueva ola auténtica, activa y positiva que nos invita a aplazar indefinidamente el dichoso Apocalipsis.