Amsterdam. Para las pequeñas condesas Luana y Zaría (de 7 y 6 años), el cumpleaños de su madre tenía que celebrarse sin preocupaciones con las tradicionales guirnaldas y el pastel, pero para la princesa holandesa Mabel, su 44 cumpleaños el pasado domingo en Londres fue todo menos un día de alegría. Su marido, el príncipe Friso, está en coma desde hace seis meses. Mabel le visita a diario en el hospital de Wellington y también la reina Beatriz vuela una vez a la semana para ver a su segundo hijo. Desde el 17 de febrero nada es igual que antes para la Familia Real holandesa. Ese viernes, el príncipe Friso, de 43 años, quedó atrapado por un alud mientras esquiaba en la localidad austriaca de Lech. Estuvo 25 minutos sin oxígeno bajo la masa de nieve y durante más de 50 minutos estuvieron reanimándolo. Los siguientes días fueron de esperanza e inquietud. ¿Podría recuperarse en algún momento? El jefe del departamento de Trauma del hospital de Innsbruck, Wolfgang Koller, dio pocas esperanzas: "No se puede afirmar que vaya a recuperar el conocimiento en algún momento".
Desde entonces el estado del príncipe no ha cambiado. Tan sólo hace un mes, su hermano, el príncipe heredero Guillermo-Alejandro, declaró: "Confío en que en el futuro podamos tener un informe positivo". "Seis meses son una frontera crítica", dijo el especialista en Ética médica de la Universidad de Rotterdam, Erwin Kompanje. "Hasta entonces se confía en una mejora". Tras medio año, médicos y parientes están considerando suspender el tratamiento. Pero el príncipe se encuentra en una clínica de Londres, subraya Kompanje, que ha participado en la elaboración de la normativa holandesa para el tratamiento de pacientes en coma. "La Familia Real se encuentra ante una decisión difícil", añadió.
En palacio se calla al respecto. La semana pasada hubo un indicio de que los Oranje habían aceptado lo irrevocable. Se actualizó la biografía de Friso en la web de la familia real: "El 17 de febrero el príncipe Friso fue víctima de un alud en las pistas de esquí de Lech, Austria". Tras el accidente, la reina reanudó rápidamente sus funciones como jefa de Estado. "Todo el mundo habría entendido que los Oranje hubiesen cancelado sus compromisos", señaló un reportero de RTL, "pero han decidido seguir el camino difícil. Se mantienen los compromisos", añadió. Excepto la princesa Mabel, la familia celebró el Día de la Reina, el 30 abril. Una oleada de simpatía marcó la fiesta. "Es una mujer fuerte", dijo Janneke Visser, de Amsterdam. "No soy monárquica, pero eso debe de ser horroroso para cualquier madre". La mayoría de los holandeses comprenderían que la reina, que en enero cumplirá 75 años, abdicase pronto.