Algunos lo elevan a la categoría de arte y para otros no deja de ser, con perdón, una estupidez. Lo cierto es que la moda de fotografiarse tras la portada de un vinilo, prolongando con el propio cuerpo la imagen de la carátula, no deja de ganar adeptos en las redes sociales. Uno de los promotores de este fenómeno bautizado como sleeveface y una vecina de Bilbao practicante cuentan cómo y por qué les han dejado la cara hecha un disco.
Carl Morris > crea 'sleeveface'
"Me puse el disco de McCartney y publiqué la foto en un foro"
Empezó a lo tonto y podía haberse quedado en una broma entre amigos, pero se deslizó en Internet y se convirtió en un fenómeno mundial. El sleeveface, cuenta Carl Morris, uno de sus creadores, surgió en Cardiff, la capital de Gales, allá por 2007, de forma totalmente casual. "Estaba haciendo de DJ en un local. Muchas veces había bromeado con los discos y sus fundas. En aquella ocasión me puse delante de la cara una portada de Paul McCartney. Mi amigo, John Rostron, me sacó una foto y la publiqué en un foro de música local", comienza a explicar. Poco tiempo después, dice, todos sus colegas "estaban saqueando sus colecciones de vinilos en busca de portadas adecuadas". David Bowie, Barbra Streisand, Ted Nugent... Todos cobraron vida gracias a estos retratos con trampa y con cartón.
El divertimiento, hasta entonces sin nombre, fue bautizado por Carl como sleeveface. "John creó un grupo de Facebook que creció rápidamente. La gente buscaba grupos a los que unirse y cada vez participaban más personas. También reclutó a un amigo que nos ayudó a editar un vídeo de cómo hacer un sleeveface", relata. El fenómeno, que cuenta con su propia web, www.sleeveface.com, e incluso con un libro, Sleeveface: Be the Vinyl, se fue extendiendo por la red de redes, con grupos en Twitter y Flickr, más de lo que sus propios creadores habían previsto. "Sabía que sleeveface sería popular entre los aficionados al vinilo, porque ya era muy popular en mi grupo de amigos, pero no me di cuenta de que podía ir más allá", confiesa Carl, que cifra en "muchos miles" los visitantes de su web. "Es agradable ver los comentarios y, por supuesto, recibir imágenes sleeveface de todo el mundo", dice.
Una embarazada con la cara de Adele, Madonna tocando el piano, Ella Fitzgerald y Bob Marley resucitados... Todo es posible gracias a las ilusiones ópticas logradas por estos aficionados. "La gente hace sleeveface porque crean algo nuevo y descubren la frescura en algo que podría ser viejo. Es parte de la revalorización de décadas de archivos musicales que está sucediendo ahora", indica Carl. Desde quien se limita a prestar su cuerpo a una carátula hasta quien recrea con todo lujo de detalles el escenario de la portada, cada cual hace su retrato de vinilo como puede. "Siempre es arte y una forma de expresión. A veces es una broma y otras no. La belleza de sleeveface es su flexibilidad", explica el alma pater de la iniciativa.
Fan de dear photograph, un proyecto que consiste en fotografiar una imagen en el mismo lugar en que fue captada años atrás, Carl se muestra partidario de otros fenómenos que extienden sus raíces por Internet, como planking, owling o batmaning, consistentes en retratarse en posturas absurdas. "Me gustan. Cualquier cosa que estimule la participación en la creación de arte es buena en mi opinión, aunque esos no están entre mis favoritos. Mis favoritos incluyen el fenómeno man babies -fotos en las que padres e hijos intercambian sus cabezas-, que es tan gracioso".
Ana Mª Pampín > hace 'sleeveface'
"Me encanta el 'sleeveface' de un perro con la cara de Alicia Keys"
Usuaria de Flickr desde 2008, Ana María Pampín conoció el fenómeno sleeveface en este sitio web hace un par de años. "Lo vi a otros usuarios y me resultó curioso", dice esta joven gallega, que lleva 15 de sus 23 años viviendo en Bilbao. Licenciada en Ciencias Políticas y aficionada a la fotografía, el año pasado le ofrecieron hacer una exposición y decidió experimentar. "Me pareció un tema original para exponer. Molesté a bastantes familiares y amigos para conseguir vinilos, porque yo no tengo", comenta. El resultado, retratos de Lou Reed, The Rolling Stones o Benito Lertxundi, mitad carne, mitad cartón. Utilizó hasta un disco de Luis Cobos dirigiendo The Royal Philarmonic Orchestra. "No tuve mucha opción. Solo pedí vinilos que tuviesen una cara más o menos grande", admite.
Para Ana, lograr un buen sleeveface "es cuestión de precisión". Sus modelos son una amiga, su novio y ella misma. "El único truco que tiene es conseguir que el cuerpo encaje bien con el vinilo. La verdad es que los míos son bastantes simples. En Internet hay algunos mucho más elaborados", reconoce Ana, a quien le "encanta el sleeveface de un perro con la cara de Alicia Keys". De todos los fenómenos que se propagan por la red, otro de los que más le gusta a Ana es el de las levitaciones. "En Flickr he visto maravillas. Yo he hecho alguna pero conlleva mucho trabajo. Tienes que ponerte en una silla, escalera o algo que te sostenga y luego borrar el objeto que te ha sujetado con photoshop. Para que quede real hay que tener cuidado con la ropa, para que no se note mucho que estabas apoyada", advierte, por si alguien se anima a intentarlo.
Mikel Agirregabiria > hace 'phoon'
"Hay iniciativas absurdas y otras que tienen una cierta calidad"
Hace trece años que Mikel Agirregabiria, su mujer e hijos se contagiaron de phooning, una epidemia consistente en fotografiarse en distintos escenarios simulando estar en plena carrera. El autor de la ocurrencia, John Darrow, colgó por aquel entonces su colección de fotos phoon en Internet y esta familia de Getxo colaboró con él traduciendo la página al castellano. "Hicimos bastantes fotos y lo extendimos, porque hasta entonces el proyecto no había salido de Estados Unidos", cuenta este bloguero, que se ha retratado en esta peculiar postura en el Puente Colgante de Portugalete o en la plaza de toros de Bilbao. "Yo he hecho phooning con profesionales muy serios, incluidos un alcalde y otras autoridades. Cuando te pones en esa disposición, que parece que vas a empezar a correr, es difícil mantener el equilibrio y a la gente le hace gracia", comenta.
Despertar una sonrisa era precisamente uno de los objetivos del inventor de esta moda, que practican "personajes de la TV, pacientes de cáncer, políticos, gobernantes y cirujanos", según afirma en su web, www.phoons.com. Además de divertir, Darrow también pretendía dar a conocer los paisajes donde se sacaban las fotografías y valoraba la calidad de las mismas. Algunas de las secuelas de este fenómeno, tales como posar colgado de los pies o en cuclillas, han perdido parte de esa esencia. "Hay iniciativas absurdas y otras que tienen una cierta calidad. En Getxo hemos tenido gente que se está haciendo fotografías con una pajarita de papel para denunciar la violencia en México", pone como ejemplo Mikel, que también ha participado del fenómeno mirror, en el que el fotógrafo aparece reflejado en la imagen. "Son formas simpáticas de hacer que la gente sonría, aunque también es verdad que luego hay muchas idioteces", reconoce.