Madrid. Jarvis Cocker, emblemático músico británico, desvergonzado icono sexual para algunos y, sobre todo, líder de Pulp, se considera una persona "muy pudorosa", que no dudó sin embargo en convertir episodios literales de su vida en el sustento básico de sus canciones.
Esa particularidad se hace evidente tras la lectura de Madre, hermano, amante (Random House Mondadori), una obra que recopila en orden cronológico algunas de las letras de sus canciones entre 1983 y 2009 e incluye un prólogo del artista sobre el proceso de composición y un epílogo con comentarios suyos sobre las mismas. "Esto es lo más próximo a una autobiografía que yo puedo hacer", dijo ayer en Madrid".
Lipgloss, Do You Remember The First Time? o Common People, la mejor canción de los 90 según la revista NME, son algunos de los temas aquí incluidos y que auparon a Cocker y a su banda a la popularidad, gracias a melodías pegadizas y letras que, a fuerza de reflejar con humor y sin ambages temas personales y cotidianos, trazaron "una instantánea" de su tiempo. "Cuando uno no expresa lo que piensa realmente y se decanta en su lugar por una forma correcta de hacer la cosas, se cometen los peores delitos", dijo sobre su forma de escribir, tan narrativa y literal que le costó alguna golpe por parte de una novia harta de que usara detalles íntimos en sus creaciones. "Me hubiera gustado escribir de una forma más abstracta, porque me hubiera ahorrado muchos problemas, pero no tengo aptitudes para eso. Y por eso digo que un talento no es más que una discapacidad disfrazada. Uno tiene que apañárselas con lo que tiene", afirma.