MADRID. El escritor Carlos Ruiz Zafón se ha mostrado este miércoles bastante negativo respecto al futuro de las industrias culturales: "A menos que nos demos cuenta de lo que sucede, corremos el riesgo de entrar en un proceso de deforestación cultural".
Así lo ha expuesto en un encuentro con periodistas a pocas horas de participar en el ciclo 'El libro como universo', organizado por la Biblioteca Nacional, que abordará 'Una visita al cementerio de los libros olvidados', su gran creación protagonista de la tetralogía que llegará a su fin "en año y medio o dos años" tras la publicación del último volumen.
Ruiz Zafón ha respondido a la pregunta de cómo ve el futuro del libro en papel asegurando que éste "tendrá siempre una presencia". Considera que los dispositivos digitales "acaban de aparecer, seguro que cambiarán e incluso llegarán a desaparecer por otros más eficaces". Sin embargo, en su opinión, el libro tradicional "es una tecnología más eficaz que un aparato que tienes que enchufar. Me gusta más un pedazo de papel que de plástico", ha confesado.
En este sentido, el autor de 'La sombra del viento', se ha referido también a las grandes amenazas del libro. "La piratería es parte de la picaresca, las nuevas tecnologías permiten esas triquiñuelas. Pero son las grandes compañías tecnológicas las que están haciendo una guerra silenciosa para apropiarse de los contenidos. Esa es una piratería a gran escala y no la privada, que es como el chocolate del loro", ha explicado.
En esta tesitura, Ruiz Zafón cree que las industrias culturales llevan las de perder pues se enfrentan a "enemigos poderosos". "Hagamos lo que hagamos, entramos en un proceso que en unos años tendrá consecuencias", ha dicho apuntando que quizás, lo único que queda es "recurrir al ingenio" y "apelar al sentido común y a la decencia de todos, reinventarse para superar obstáculos" porque "ni los consumidores ni los poderes políticos podrán salvarlas", ha asegurado.
Y otra apreciación más: "Twitter y facebook tienen los días contados, serán superados llegada su obsolescencia", ha afirmado.
ZAFÓN Y LOS LECTORES
Respecto al encuentro con lectores, Carlos Ruiz Zafón ha señalado que son estos "quienes completan el proceso". "Sin ellos, que reciben lo que uno hace, la labor se queda coja", dice. El autor confiesa que en ocasiones se ha sorprendido por la "perspicacia" de muchos de sus lectores aunque afirma que no se deja influir por sus opiniones de manera consciente. "Uno debe saber lo que quiere hacer, pero si no gusta intento convencer de que lo que cuento vale la pena", añade.
El escritor catalán es un apasionado de los libros que tiene repartidos "por montones de sitios en su casa" y para los que suele encargar librerías con varios fondos para guardarlos.
En cuanto a la tetralogía que inició con 'La sombra del viento' en 2001, a la que siguieron 'El juego del ángel' en 2008 y 'El prisionero del cielo' en 2011, y que terminará con un último volumen, el autor ha señalado que su intención ha sido dar a cada tomo "su propia personalidad".
El famoso cementerio de los libros que describe en esta serie nació como suele ser habitual en su manera de trabajar: con una imagen que le intriga. Así, el autor ha recordado que en este caso hubo dos cosas que le inspiraron ese cementerio: las grandes librerías de libros viejos "prácticamente desiertas" que visitaba estando en los Estados Unidos y la idea del proceso de destrucción de la memoria y de la identidad. "La metáfora tiene que ver no sólo con los libros olvidados sino con personas e ideas olvidadas", ha explicado.
Por otra parte, Carlos Ruiz Zafón que confía en "poder crecer como escritor experimentando con otros registros y géneros", ha contestado tajante a la posibilidad de formar parte algún día de la Real Academia Española: "No se me ha pasado por la cabeza. Esta institución hace una gran labor pero no es una de mis ambiciones. La Academia no me necesita para nada".