Vitoria. La trigésimo sexta edición del Festival de Jazz de Vitoria ya tiene su cartel cerrado de cara a la cita que tendrá con el público entre el 16 y el 21 de julio. A falta de confirmación oficial, el certamen ha concretado los últimos detalles que le quedaban por definir, sobre todo el relacionado con quién protagonizará Konexioa, la unión entre músicos vascos y norteamericanos que, esta vez, tendrá al saxofonista bilbaíno Gorka Benítez como referente junto al guitarrista neoyorquino Ben Monder, un habitual de la big band de Maria Schneider que ha participado en la grabación de varios discos de Ruper Ordorika.
Pero el evento no sólo ha cerrado el programa que desarrollará en el escenario del Teatro Principal, sino también el que se refiere al Jazz de Medianoche, ya que al anunciado por este periódico Jonathan Batiste se unirán, también en el Canciller Ayala, los franceses The Pink Turtle, quienes repetirán derroche musical y físico tras su paso por el mismo lugar en 2010. Además, el festival recuperará la itinerancia de su sección de Jazz en la Calle de la mano de una brass band llegada desde tierras catalanas.
Eso sucederá en un encuentro que, por aquello de los nuevos recortes en el presupuesto, parece que no contará ni con el inaugural picnic sonoro ni con su seminario, aunque todavía hay que esperar a que la organización certifique ambos extremos.
Separados por el Atlántico Dentro de la programación oficial, y a la espera de saber si habrá o no alguna actuación el domingo, la cita de Konexioa será la primera actuación que se realice este año, una inauguración del certamen y de la sección Jazz del Siglo XXI en la que Benítez y Monder ya están trabajando, aunque como suele ser costumbre, el cara a cara físico no se producirá hasta unas 24 horas antes del recital.
Casualidades de la vida, Ordorika fue uno de los músicos que tomó parte en la primera edición del Konexioa y él aparece en la vida profesional tanto de Benítez como de Monder en varias ocasiones. Y es que el océano puede separar a estos músicos de manera física pero no en otros sentidos.
Tanto el saxofonista bilbaíno como el guitarrista nacido en Nueva York cuentan con trayectorias sólidas, construidas dentro de un género como el jazz, cuyos intérpretes son apreciados y respetados al otro lado del Atlántico, aunque tampoco es siempre así, mientras que aquí pasan desapercibidos por mucho talento que tengan y demuestren. Benítez es un claro ejemplo de ello puesto que está considerado como uno de los mejores saxofonistas que existen en la península (el propio Festival de Jazz de Vitoria lo llevó al MIDEM hace unos años como referente de la escena vasca actual) y, sin embargo, para la gran mayoría de los medios generalistas y el gran público pasa desapercibido. No sucederá así en la próxima Konexioa.