Vitoria. Hace poco salió a la venta Flechas cardinales, el primer disco de Barricada sin El Drogas, que ha decidido seguir otro camino. Los guitarristas Javier Hernández Boni (ahora cantante principal) y Alfredo Piedrafita, más el batería Ibon Sagarra Ibi integran el grupo navarro hoy, justo cuando se cumplen tres décadas de su primer concierto en la Txantrea. Sus nuevas canciones siguen fieles al estilo directo, rockero y guitarrero, repleto de estribillos coreables, de la banda. "Aquí está su casa para cuando quiera El Drogas", explica Alfredo en esta entrevista. "Hacer este disco 30 años después del primer concierto es algo único", apostilla antes de llegar este viernes a la vitoriana sala Jimmy Jazz.

A ver, ¿qué pasó con 'El Drogas'?

Nada que no se sepa porque cada cual contó su versión. Habíamos quedado en un año de parón y él tenía idea de continuar con sus proyectos durante una temporada más larga. Nosotros podíamos haber esperado un poco más pero no tanto tiempo como él quería. Se optó por seguir y aquí está su casa para cuando quiera.

En una canción se habla de "acopio de ganas e ilusión". ¿Ese es el estado actual del grupo?

Exacto. Un año parado para nosotros es una burrada, aunque sea solo de carretera porque siempre estamos componiendo y dándole vueltas a la cabeza. No dejamos de currar, de enredar con las cuerdas de la guitarra. Por eso el CD se abre con Pa' enredarte.

A pesar de faltar la voz principal, el disco suena tan 'barri' como siempre. Igual es por sus dos guitarras.

No podía ser de otra forma, somos Barricada. Antes las canciones siempre se hacían entre cuatro, están nuestras guitarras y las voces también estaban repartidas. De hecho, Boni hacía mucho de los éxitos de siempre y su voz es muy reconocible.

Es otro disco de rock, muy guitarrero.

Claro, es nuestra seña de identidad. Tal vez se caracteriza por su variedad, incluidas dos baladas acústicas con orquestación, aunque el tomate está en las guitarras, lo que siempre nos ha gustado. Es un disco sin complejos ni miramientos, en el que ha entrado todo lo que nos apetecía y nos dejaba satisfechos.

Tampoco faltan los estribillos y los coros contagiosos de siempre.

Los estribillos están muy cuidados porque son también otra seña de identidad. Las canciones venían muy marcadas para que fueran cantables. Aunque no sea el destino final, nuestra fórmula es que los temas sean fáciles de llevar al directo.

Y que se puedan cantar desde la primera escucha.

(Risas). Eso esperamos porque un festival con participación del personal se hace más agradable y nos hace sentirnos bien. Sería difícil pensar en un concierto nuestro sin esa colaboración del público. Es imprescindible. Y ahí destaca, como decías, el trabajo de los coros, que ha sido muy concienzudo. Eso sí, depende de lo que pidan las canciones porque no componemos para que los temas se canten.

¿Apetecía volver a las canciones directas tras 'La tierra está sorda', un disco conceptual, denso y emotivo sobre la memoria histórica?

Aquel fue un trabajo muy denso y completo. Por eso fue único. Hemos vuelto a lo habitual aunque descartamos grabar más discos conceptuales sobre temas concretos.

Las canciones, incluidas las letras, son las más claras y sencillas de los últimos años.

Hemos tenido que afrontar la papeleta de las letras porque ese campo lo tenía abonado El Drogas, excepto incursiones mías (Boni). Se ha intentado cuidarlas, que estuvieran a la altura de la música, que encajaran bien y dijeran algo.

Hay letras muy 'cañeras' y antisistema. Como si tuvieran 18 años, vamos.

(Risas). Los tenemos, pero en cada pierna. Y alguno más (carcajada general). A la hora de tratar ciertos temas de actualidad queríamos decir las cosas claras. Sería difícil meter metáforas en cuestiones como el militarismo. Teníamos que ser claros, sin vueltas. Pero también hay toques intimistas y con más peso literario en otras canciones.

"Ser brújula de nuestro camino", se oye un tema.

Eso es un grupo de rock, hacer una canción y llevarla a tantos sitios como puntos cardinales haya. De ahí la portada y el título. Y claro, hacerlo desde la libertad absoluta. Los únicos frenos nos lo ponemos nosotros al escribir. Nos gusta dar vueltas a los temas y decir las cosas de manera diferente. Nuestra obsesión es no repetirnos, sorprendernos a nosotros para hacerlo con la gente.

El disco cuenta con el trabajo de Iker Piedrafita (hijo de Alfredo) a la producción y la colaboración de Kutxi Romero (Marea).

No hay que pincharles para que colaboren. Están peleando por el récord Guinness ambos (risas). Kutxi es amigo, se pasa mucho por casa y nos gusta cómo escribe. Hizo la letra de La balanza y también metió su voz. Y con Iker, parecido. Su trabajo es espectacular y colabora en Remiendos, en voz, guitarras y letra. Y están también los coros de una treintena de seguidores de toda la vida en dos canciones.

¿Qué papel juega el nuevo bajista, Ander Izeta (Eraso!) en Barricada?

Le metimos en un marrón porque se tuvo que aprender en un mes los 13 temas del disco nuevo y otros más de 30 para el directo. El acuerdo es ese, disco y gira. Es una gran persona y bajista. ¿Nuevo miembro? Es complicado, la decisión no puede tomarse en caliente. Se irá viendo y no cerramos las puertas a nada. Vimos al grabar que al final ya empezaba a aportar cosas.

El punto de mira inmediato es la gira. ¿Qué espera el grupo?

Se espera llegar al mayor número posible de sitios posible, aunque somos conscientes de los recortes que está habiendo, tanto públicos como privados. Será un año más duro que los demás. Lo vemos al ir a Madrid y está mal para el rock pero también para el pop. No se nos caerán los anillos si hay que tocar en salas pequeñas. Y vamos reducir la duración de los conciertos a una hora y 45 minutos, para que Alfredo cante algo también y yo (Boni) no aburra a las vacas. De hecho, siempre hemos jugado a tener varios micros abiertos. A ver cómo aguanto con la edad (risas).

Se cumplen 30 años de la formación del grupo. ¿Se celebrará?

Mañana (por hoy) se cumplen esas tres décadas del primer concierto. No tenemos intención de celebrarlo, ya lo hicimos a los 25 y fue espectacular y emotivo. Igual al final, entre nosotros... Si se hace algo será interno. Además, ya nos han regalado alguna tarta y nos han cantado. Suficiente celebración es este disco y tener cosas que decir. Es algo único.