san sebastián. El Gobierno Vasco y la Diputación de Gipuzkoa dieron ayer por zanjadas las negociaciones con la familia Chillida para poder reabrir el museo de Hernani, después de que los herederos del escultor respondieran que su única opción es la de la venta.

La imposibilidad de acometer la compra de Chillida Leku por parte de las instituciones ha cerrado los resquicios que pudieran quedar para encontrar un punto de encuentro entre las partes, señalaron fuentes del departamento vasco de Cultura. Se descarta, por tanto, cualquier nuevo contacto con los familiares del escultor vasco para intentar hallar una fórmula que permitiera reabrir un recinto que cerró al público el 1 de enero de 2011, tras diez años de actividad, a causa de su déficit.

No se cierran todas las puertas a un futuro acuerdo, aunque las fuentes dan casi por seguro que éste no se va a producir a corto o medio plazo si los allegados del artista vasco no modifican su posición.

La diputada foral de Cultura, Ikerne Badiola, manifestó ayer que las instituciones ya habían sido "muy claras" sobre la "absoluta" inviabilidad de la compra en este momento de crisis económica. Destacó que en la reunión celebrada el miércoles eran el Gobierno Vasco y la Diputación los que esperaban una propuesta de los representantes legales de los Chillida que no llegó y que condujo a la consejera Blanca Urgell y a ella a reiterar su disposición a tratar distintas fórmulas de gestión, incluso la gestión pública directa.

La respuesta de los herederos llegó por la tarde mediante un comunicado tras la reunión de la mañana en la sede del Gobierno Vasco en San Sebastián, a la que no asistió ninguno de ellos y después de la cual Urgell pidió, en declaraciones a los periodistas, que la familia aclarase si su voluntad era "efectivamente" reabrir el museo.