Vitoria. "Yo adivino el parpadeo de las luces que a lo lejos van marcando mi retorno...". Seguro que no descarta los sabores del tango el políglota violín del músico que una vez más -cuántas van ya- se sube hoy a las tablas de Dendaraba. Un eterno volver el de un Ara Malikian que estrena la nueva temporada de los atávicos Martes Musicales. O él o su clon, ya que vista su capacidad de dividirse en grabaciones y programas televisivos, en espectáculos teatrales junto a Yllana, y en actuaciones eminentemente clásicas, el seguidor duda a veces de la verosimilitud de su agenda, que hoy a las 20.30 tiene apuntada el Aula Fundación Caja Vital y la compañía de la Orquesta Ibérica.

Didácticas, lúdicas, ortodoxas. De todos los adjetivos se visten las cuatro cuerdas del intérprete libanés, que se une al Ensemble de la Orquesta Ibérica en la puesta de largo de esta vigésimo segunda edición, protagonizada por los instrumentos de cuerda. Lo que se propondrá sobre la musical y céntrica escena será "un mundo lleno de ensoñaciones donde las culturas y el tiempo se funden en un sugerente abrazo", de la mano de Antonio Vivaldi y Astor Piazzolla.

Será el primero de los diecinueve conciertos que componen el ciclo de música de cámara que cada año organiza la Obra Social de Caja Vital, una cita donde la virtuosidad de Ara Malikian al violín se combinará con la perfecta compenetración del sexteto de cuerda de la Orquesta Ibérica, liderado por Miguel Fernández Llamazares.

Malikian, libanés de origen armenio, inició su trayectoria como violinista muy joven, de la mano de su padre. Con tan sólo doce años ya participó en su primer concierto, y, tres años más tarde, gracias a una beca del gobierno alemán, se trasladó a Hannover a cursar unos estudios musicales que ampliaría posteriormente en Londres junto a profesores como Franco Gulli, Ivri Gitlis o Herman Krebbers.

Galardonado en numerosos certámenes -entre los que destacan el Félix Mendelsohn de Berlín, el International Artist Guild de Nueva York o el Pablo Sarasate de Pamplona-, fue reconocido en el año 1993, paralelamente a su probado talento musical, con el Premio a la Dedicación y el Cumplimiento Artístico otorgado por el ministerio alemán de Cultura. Durante toda su carrera, además de los citados galardones, ha acumulado una amplia discografía que incluye obras de maestros como Vivaldi, Bach, Schumann o Paganini, así como música armenia y flamenca.

Por su parte, la Orquesta Ibérica fue fundada en el año 2000 y se halla formada por una selección de instrumentistas profesionales de cuerda procedentes de orquestas sinfónicas y conservatorios de Castilla y León, Asturias y Madrid, y desde 2001 es la orquesta residente del Festival de Música Española de León. A su cita con los Martes Musicales acudirá un sexteto integrado por los violinistas Renata Michalek y Miguel Llamazares; Humberto Armas a la viola; el violonchelista Aldo Mata; y Mirek Kasperek y Julia Franco, al contrabajo y el clave respectivamente.

Durante de hoy, los siete músicos interpretarán un repertorio en el que se contraponen Las cuatro estaciones de Antonio Vivaldi y Las cuatro estaciones porteñas, obra de Astor Piazzolla. Separadas en la historia poco más de dos siglos, estas ocho composiciones están dedicadas a cada uno de los cuatro segmentos en los que se divide el año. Las cuatro primeras constituyen una pieza fundamental de la música barroca. La obra de Piazzolla, por su parte, traslada estos mismos lapsos a su Buenos Aires querido, y los dota de elementos del tango, la música europea o el jazz.

Las entradas para el recital, a un precio de nueve euros (siete si se abonan con tarjeta de Caja Vital), se pueden adquirir en el Aula Fundación Caja Vital desde una hora antes del inicio de la cita, primer acorde de un nuevo ciclo para los amantes de la música. El segundo día de la semana vuelve a ser sinónimo de música. "Vivir con el alma aferrada a un dulce recuerdo...". No habrá que llorar, salvo, el que lo sienta, por emoción.