cUANDO un artista muere, la proyección de su legado revela enseguida una condición efímera o universal. El pasado mes de diciembre el verso -escrito y cantado- de Xabier Lete cerraba tintero y silenciaba cuerdas, desencadenando un natural tributo -entre muchos otros- en el multitudinario encuentro de la cultura euskaldun de Durango. No era pasajera la añoranza, y un año después el recuerdo de su espiritual, heterodoxa y prolífica labor creativa seguirá dejando posos en Gasteiz, estación del itinerante homenaje que le rinde un crisol de nombres del mundo del arte, con el Principal como escenario.
Músicos, poetas y bertsolaris se unen en una gira homenaje que reaviva la llama de Lete en el primer aniversario de su fallecimiento. Creadores -muchos de ellos colaboradores del propio autor en sus trabajos tanto musicales como literarios- que quieren reconocer su huella con una serie de conciertos que se celebran, desde mañana y hasta el 4 de diciembre, en Hondarribia, Iruña, Baiona, Bilbao, Urnieta, Gasteiz y Donostia. La gira brindará al público gasteiztarra la posibilidad de recordar la obra de uno de los cantautores euskaldunes más importantes de las últimas décadas el viernes 2 de diciembre, en una actuación que se celebrará a las 20.00 en el Principal y cuyas entradas se encuentran a la venta.
La iniciativa contará con la participación de numerosas voces conocidas en los más diversos espacios del arte vasco, que Lete cultivó en las disciplinas de poesía, teatro y música, rodilla clavada en silla, al estilo del cantautor. Entre otros, tomarán parte en la cita Bernardo Atxaga, Mikel Urdangarin, Paco Ibáñez, Txomin Artola, Amaia Zubiria, Xabier Euzkitze, Pier Paul Berzaitz, Karlos Gimenez, Joxan Goikoetxea, Xanet Arozena, Luis Fernandez, Eñaut Elorrieta, Antton Valverde, Erramun Martikorena, Arantxa Irazusta, Anjel Duhalde y Petti, quienes, junto al poeta Hodei Etxarte y a los bertsolaris Amets Arzallus, Xabier Euzkitze, Unai Iturriaga e Igor Elortza, interpretarán versiones de temas como Xalbadorren heriotzean o Herri zahar hontan, que han formado parte indispensable de los numerosos recuerdos que ya ha vivido su figura.
Lete, que falleció el pasado 4 de diciembre, construyó un importante legado, tanto literario como musical, para la cultura popular vasca, no sólo por sus propias composiciones, sino también por la difusión de poemas y bertsos de otros autores -Txirrita, Lizardi- a los que puso música. En 1965, con tan sólo 21 años, participaba en la creación del grupo Ez Dok Amairu junto a Mikel Laboa, Benito Lertxundi, Jose Anton Artze, Jose Angel Irigaray y Lourdes Iriondo, la que fuera su pareja. Tras la desaparición del grupo, continuó cantando en solitario y junto a Antton Valverde, y en paralelo a sus discos elaboró un poemario que le valió el Premio de la Crítica de poesía en euskera y el Premio Euskadi de Literatura. Lete sigue escuchando su letanía. Porque su voz no tenía eco efímero. Sigue resonando en la de muchos.