"El musculitos se lo ha ganado a pulso entre broncas, machetes, esterillas e insultos. La pregunta es si este chico es realmente así o tenía clara cuál iba a ser su estrategia para conseguir el mayor número de platós. Y nos quejábamos de Aída Nízar. Una santa mujer al lado de este embutido acorchetado que nada más llegar protagonizó la escena más vergonzosa del programa".