Vitoria. Es sólo una palabra. Pero sus cifras hablan por ella. Porque 17 millones de espectadores han disfrutado ya, en una veintena de países, del musical Chicago, que del 28 al 31 de julio deja rítmicas huellas de tragicomedia en Gasteiz, con el Principal como pista. El que empieza ya, hoy mismo, es el baile de la venta de entradas para la temporada estival, y lo hace para los poseedores de tarjeta del espectador.
Archiconocido en el Broadway neoyorquino y el West End londinense, la adaptación del libreto de Fred Ebb alcanzó rango mundial con la adaptación al cine de Rob Marshall, avalada por unos exagerados seis Oscar. La Gran Vía madrileña le cogió hace poco el relevo, extendiendo su estancia a una gira que acabará su primera parte en Gasteiz, antes de atracar por un tiempo en Barcelona.
Así que, a través de siete funciones, el público vitoriano se sumergirá en estas dos horas y media -con descanso- de trampas legales y manipulación mediática. Algo de crítica hacia ello cargan las palabras de uno de sus protagonistas, Manuel Rodríguez, que alaba el trabajo de sus compañeras Marta Ribera (Velma Kelly) y María Blanco (Roxie Hart), aunque también en las tablas "si no haces televisión no eres absolutamente nadie".
Una vez aliviada esta carga, destaca su papel (Billy Flynn) como "uno de los puntales" de su carrera, a la altura de Los miserables y de Cabaret, precisamente por el trabajo del coreógrafo que comparte con esta última, Bob Fosse, que "aunque ya había muerto cuando se montó, conserva toda su magia". Y, sin embargo, Rodríguez destaca ante todo la dramaturgia como "el gran secreto" de una pieza franquicia que exige un trabajo intenso y preciso. "Los creativos vienen cada mes y revisan con toda pulcritud su producto; no nos sentimos encorsetados, sino exigidos".
El relevo de la tarjeta del espectador lo toma mañana la venta anticipada para la temporada estival, con jazz, danza y comedia como claves. La cita sirvió, además, para escenificar el retorno de Encina Serrano -de edil a consejera- a la actividad pública.