Bilbao. La exposición Abstracción pictórica 1949-1969, que abrió ayer al público el Museo Guggenheim de Bilbao, muestra la evolución que experimentó el expresionismo abstracto durante dos décadas, tanto en Europa como en Estados Unidos. La muestra, visitable hasta el 8 de enero de 2012, recorre, a través de 80 piezas de 60 artistas como Pollock, De Kooning, Burri, Ellsworth Kelly, Tàpies, Stella y Vasarely, las principales tendencias de esta corriente pictórica: la gestual, la cinética u óptica y la de los campos de color.
La exposición fue presentada ayer por su comisaria, la responsable de Colecciones y Exposiciones del Museo Guggenheim de Nueva York, Tracey Bashkoff, quien señaló que el espectador podrá apreciar las "sorprendentes afinidades existentes entre artistas que trabajaron en dos continentes distintos, en una época de grandes avances creativos para la pintura en Europa y Norteamérica".
El recorrido se inicia en una sala dedicada a la abstracción gestual, caracterizada por la utilización de superficies densamente pintadas con colores vivos y pinceladas fuertes o la utilización en las pinturas de materiales hasta entonces poco convencionales como arena, cuerdas, harapos o madera. A esta corriente pertenecen los cuadros de artistas del denominado grupo COBRA como Pierre Alechinsky, Karel Appel y Asger Jorn. Esta sala exhibe también las obras del norteamericano Jason Pollock Grisura Oceánica y Número 18, realizada esta con la técnica de verter la pintura sobre el lienzo colocado en el suelo. La exposición dedica un apartado a obras importantes de tres artistas españoles encuadrados en esta tendencia gestual del arte abstracto: Antoni Tàpies, de quien se exhibe Gran pintura; y Antonio Saura y Luis Feito, componentes del grupo El Paso, quienes acompañan a las obras del italiano Alberto Burri. Otra sala acoge las piezas más representativas del Grupo Zero del llamado arte cinético, que busca dar movimiento a sus composiciones, o arte óptico, en la que se persiguen efectos visuales y juegos ópticos con el uso de formas geométricas. La muestra concluye con cuadros de los artistas de la corriente campos de color, para quienes el color, de forma monocromática o en combinaciones bicromáticas o policromáticas, era el único protagonista de sus composiciones.