Madrid. "Espero que cuando recibas estas líneas te encuentres bien". Esta frase que Internet ha dejado antigua era la forma de comenzar una carta, una forma de relación íntima y verdadera que han recuperado ahora diez mujeres, ocho escritoras y dos cineastas, en el libro de misivas No se lo cuentes a nadie.

Cristina Peri Rossi, Diana Patricia Decker, Liliana Heker, Elena Bossi, Isabel Núñez, Elena Vilallonga, Esmeralda Berbel, Lydia Zimmermann, Alejandra Costamagna y Andrea Palet son las autoras, de ambos lados de la orilla, que se han carteado durante un año y cuyas misivas han reunido en No se lo cuentes a nadie, publicado por Demipage.

Una conversación en voz muy baja, entre dos -cada una ha elegido a su interlocutora-, en la que ellas hablan de su día a día, de las circuntancias personales y sociales, de la ciudad en la que viven, de sus amores, frustraciones, dudas, certezas, películas, lecturas, autores, arte, desamores, de sus hijos; de la vida y de la muerte. Y una de las protagonistas que más se desnuda en estas cartas es la poeta y narradora uruguaya Cristina Peri Rossi, afincada en Barcelona durante años, quien se cartea con su compatriota Diana Patricia Decker.

"Enseguida acepté este carteo -explicó a Efe la autora- porque añoro mucho ir al buzón y ver que tengo algo más que facturas. Amo los sobres y las letras, y aunque uso internet y las redes sociales, esta relación tan particular que se da en la carta es imposible mantenerla en la red, y cito a Macluhan, cuando decía que el medio es el mensaje, y yo digo que el tiempo y la intimidad que exige la carta es contraria a Internet".

La autora de El amor es una droga dura se muestra muy franca en estas cartas "porque si no sería una impostura y ficción", aclaró, y establece una relación confidente, de complicidad y muy literaria con Diana Patricia, y viceversa.

Cristina escribe a Diana: "Te escribo a la peor hora de la soledad para mí: la noche. Siempre fue igual. Aguanto perfecto la soledad hasta que oscurece, ahí necesito compañía, lo más íntima posible, y si no, multitudinaria, me da igual. En Montevideo a esa hora me largaba a la calle, a caminar hasta que se pasara la hora del lobo". Y Diana le contesta: "Bueno, espero que hayas dormido. Aunque no es para menos: estás en pleno duelo y creo que no se puede acabar un gran amor sin dolor ¿verdad? Hace poco leí el último libro de Gail Caldwell sobre la muerte, debido a un cáncer fulminante, de su mejor amiga, Caroline. Lo escribió porque quería explorar la amistad que las unía y de qué manera esta amistad había cambiado su vida".

Peri Rossi considera que este libro recupera, además, el amor a la literatura. "Era muy necesario porque epistolarios entre hombres ha habido muchos a lo largo de la historia, como los Goethe y Schiller, Borges y Bioy Casares, entre otros, pero ese concepto de "amiga intima" va mejor con la mujer, que es capaz de mezclar temas, y hablar de la literatura, pero también del amor, de los hijos, de la amistad, de los amantes".

Para la coordinadora del proyecto y prologuista del libro, Esmeralda Berbel, este proyecto une el deseo de reivindicar las cartas y el amor por lo literario. "En tiempos de Internet, en los que se acaba con un tipo de escritura, con un destinatario reflexivo y con muchos libros de ficción, tenía la necesidad de juntar a varias creadoras para que conversasen en privado de forma honesta y sincera", aclaró.