"Y entonces Raffaella comenzó a atar cabos, o sea, un famoso que es un capullo, que es un penne a la puta...nesca, y que es pura Gomorra. Y tras meditar un momento, apenas tres segundos, exclamó: "¡Silvio Berlusconi!", y una ovación premió su buen discernimiento. Este juego no hubiera tenido la menor importancia en cualquier cadena, pero hacerlo en Cuatro, propiedad de Mediaset -empresa berlusconiana al 100%- tiene su mérito.