getaria. El vestido que llevó la reina Fabiola de Bélgica en su boda con el rey Balduino I. Los brillantes sombreros y tocados de plumas a los que concedió un gran protagonismo en su obra. Un traje de lana gris que lució Grace Kelly en 1962. La silueta baby doll que inventó y puso de moda. Hasta el primer diseño propio que se conserva, realizado a medida para su prima Salvadora Egaña.

Estas creaciones del diseñador Cristóbal Balenciaga (Getaria, 1895-1972), por citar algunos ejemplos, saldrán de nuevo a la luz el día 10 cuando se abra al público el museo que, en su localidad natal, recuerda a una de las mayores figuras de la moda universal. En el marco de la exposición permanente del nuevo centro museístico el visitante podrá conocer una selección de 90 piezas -70 trajes y 20 complementos- del maestro.

"Difundir y potenciar la trascendencia de la persona y obra del genial diseñador". Éste es, tal y como indican sus responsables, el objetivo que persigue el Museo Balenciaga. Por ello, la muestra que alberga en su interior nace para ser "el desfile de la mejor obra". En este caso será el visitante quien se mueva por seis salas expositivas, sutilmente iluminadas, mientras observa los bellos trajes que han sido cuidadosamente colocados en desnudos escaparates.

Y es que hasta ahora se conocía el continente del museo, finalizado el pasado diciembre tras diez años de enrevesado proceso de construcción. Ayer, en cambio, era el día indicado para que los medios pudieran conocer el contenido; el próximo martes serán las autoridades quienes lo hagan, encabezadas por la reina Sofía y el diseñador Hubert de Givenchy; el día 9 podrán hacerlo los getariarras y, finalmente, el día 10 el Museo Cristóbal Balenciaga abrirá sus puertas para todo el público.

Quien se haya acercado en los últimos meses a Getaria sabrá con lo que se encontrará al llegar. Por un lado, el Palacio Berroeta Aldamar, casa de veraneo de la marquesa de Casa Torre, bajo cuya protección el modisto guipuzcoano dio sus primeros pasos. Por otro, la nueva construcción, cuyas alargadas fachadas acristaladas se asientan en la colina que se alza sobre el municipio.

Desde el amplio vestíbulo del nuevo edificio, precisamente, se accederá a la exposición permanente. Desde allí, la primera parada será la sala cero, situada en el palacio Berroeta Aldamar, donde los visitantes conocerán los hitos de la vida de Cristóbal Balenciaga. Un documental de 20 minutos sobre su vida y obra, en cuatro idiomas, resumirá al público la trayectoria vital del modisto.

Pero la parte más especial y relevante se sitúa en los tres cubos suspendidos sobre el hall del nuevo edificio. Estas estructuras contienen las salas destinadas a presentar la obra de Balenciaga en forma de "desfile atemporal", según explicó Miren Arzalluz, responsable de las colecciones. Es decir, los vestidos no se exponen en orden cronológico, sino en seis espacios entrelazados pero separados en función de "criterios temáticos": Comienzos, Día, Cóctel, Noche, Novias y Balenciaga Esencial (este último trata de transmitir, a modo de conclusión, sus grandes aportaciones a la moda).

Todas las salas están precedidas por "un vídeo explicativo" que avanza y contextualiza el contenido posterior, y contienen citas sobre Balenciaga pronunciadas por "personajes célebres". Según detalló Arzalluz, el interiorismo y la ténuemente colorida iluminación ha sido realizada para que "toda la atención" recaíga en los trajes expuestos. Incluso los maniquíes, hechos a medida en función del traje, prescinden de cualquier figura humana para no distraer a los visitantes con nada que no sea la obra de Balenciaga.

Este será el planteamiento de una exposición permanente que, como máximo, permanecerá un año tal y como se encuentra. "El discurso de la muestra se mantendrá, pero los vestidos irán rotando por razones de conservación", explicó la conservadora. Cuando un vestido se retire, pasará al fondo de más de 1.200 piezas con el que cuenta la Fundación.