Vitoria. Dos pájaros trinan una polifónica corchea en el folleto de Musikaldi. Quizás sean dos hermanos, como aquellos de Bernardo Atxaga, que por cierto cuenta una pequeña historia para ilustrar el mismo tríptico. Y es que son muchas fuerzas las que se han unido para la componer la armonía de este encuentro de las escuelas de músicas vascas, las que se mueven en el tapete de esta apuesta multitudinaria, de esta cita que estrena a Gasteiz como sede y que convertirá la ciudad en un hervidero de notas que -háganse con un programa- necesitan de mapa.
Porque más de dos mil alumnos y profesionales -se preven 2.300- de cuarenta centros melódicos vascos se darán cita mañana en el gran aula que se levantará en el centro de la capital alavesa. Ocho escenarios se repartirán a lo largo de la jornada la actividad, proponiendo una octava donde la variedad se sirve temática y donde el espectador "tiene que venir no sólo a ver la ciudad, sino a escucharla", apunta Paco Galve, el director de la escuela anfitriona, la Luis Aramburu.
La primera nota la pondrá la Plaza Nueva, a las 10.15, con una presentación que protagonizarán los jóvenes músicos de la Boogie Boogie Orquesta, dirigida por un Raúl Romo que también se ha encargado de crear la sintonía del Musikaldi. Su título, Dortoka alferra, "no tiene segundas intenciones, porque los músicos no son para nada vagos".
El tema sonará ante un ayuntamiento sumergido en pleno limbo de la jornada de reflexión, disparando una actividad que se dividirá desde entonces, de 10.30 a 14.30 horas, en seis puntos temáticos. En Luis Aramburu, piano y música de cámara. En Villa Suso, sólo esta última. En el Machete, música tradicional, combos y grupos grandes. El Aula Fundación Caja Vital de Dendaraba se convertirá en el txoko de los coralistas, mientras que en el kiosco de La Florida sonarán temas de raíz más contemporánea, desde el rock al jazz.
No habrá islas de silencio entre estos focos. Desde las 11.00, kalejiras que incluyen la participación de de la Academia Municipal de Folklore dibujarán un conectado pentagrama de baldosas con sus canciones. Una gran masa de participantes se reunirá a las 13.30 en los Fueros para ejecutar un concentración donde sonarán -en colectivo- Dortoka alferra, Ikusi mendizaleak y Bagare, tema protagonista del próximo Araba Euskaraz, el 19 de junio en Laudio. La Plaza Nueva despedirá la mañana a las 14.00.
Por la tarde, postre, con la presentación de la EIO Gazte Orkestra en el conservatorio Jesús Guridi. Se trata de una joven agrupación intercentros que reune a representantes de todos los rincones de la partitura vasca. Porque Musikaldi es una reunión, coordinada por 38 profesores de Luis Aramburu que guían el maremagnum con la imprescindible ayuda de voluntarios. Cuarenta autobuses aparcarán en Mateo Moraza y Olaguibel mediante un dispositivo especial que permitirá repartir la música por la ciudad. También hasta Donostia se desplazó un tal Pablo Sorozabal, desde el caserío Portale, donde había fama de buen silbar. "Sin escuela de música, hubiese sido únicamente un buen silbador, otro más de la familia", escribe Atxaga. Y los dos txoritxos -dicen que se parecen a los del Twitter- gorjean asintiendo. Silbar ya es bonito. Aprender música es un paso más.