madrid. Pere Joan es un hombre de palabra. En algún momento pensó aquello de "¡dónde me he metido!", pero el ilustrador no se iba a echar atrás en uno de sus mayores desafíos: trasladar al cómic la novela Nocilla experience, escrita por su amigo Agustín Fernández Mallo. "Tuvimos una intuición simultánea. Al tiempo que yo le preguntaba por algún guion para adaptar, él había pensado en el reto de convertir el segundo libro de la trilogía Nocilla en una historieta", explica Joan sobre los orígenes de la obra, publicada por Alfaguara.
El dibujante ya había colaborado en obras de Fernández Mallo como Yo siempre regreso a los pezones y al punto 7 del Tractatus o las diez páginas que realizó para Nocilla Lab, el título que cerraba la saga. Como ya sucediera en la novela original, Nocilla experience invita al lector a un viaje por historias inconexas, retazos de vida que discurren entre reflexiones abstractas y planteamientos de corte científico, ya que no en vano Fernández Mallo estudió Física. "Curiosamente, las partes más complejas han sido las más sencillas para mí. Me muevo bien en el pensamiento abstracto y en el trabajo de hacerlo visible. Empujando, empujando, he acabado resolviendo la obra más extensa que he hecho hasta ahora", asegura Pere Joan (Palma de Mallorca, 1956) a Efe. El autor requirió tres años para terminar el proyecto, realizado bajo una sola máxima: "He intentado ser fiel al texto de Agustín. Soy consciente de que él es muy generoso con la cantidad de referencias que incluye en sus textos, y consideraba que mi trabajo podía aportar visibilidad a muchas de sus imágenes", apunta. "He aportado inmediatez a la complejidad, al tiempo que introducía mi propia poética de la imagen", añade.