Albacete. Cientos de personas acudieron ayer al Teatro Circo de Albacete para dar su último adiós a María Isbert, reconocida entre los presentes como una "gran actriz" y una "excelente persona". La capilla ardiente de la intérprete, fallecida el lunes por la noche a los 94 años, fue abierta a las 11.00 horas.

Carlos Spitzer Isbert, uno de los hijos de la actriz, destacó que su madre "está haciendo su última función" y que "se va a levantar el telón para que todos los que han estado mostrando su cariño puedan despedirse en el sitio donde ella ha sido verdaderamente feliz, que es el escenario de un teatro".

María Isbert fue siempre un persona con "un humor fantástico" y deja a sus hijos el ejemplo "de una mujer perseverante, que amaba su trabajo y con un humor extraordinario", indicó. Otro de sus hijos, el actor Tony Isbert, calificó de "admirable" el cariño que la gente tenía hacia su madre y hacia su abuelo el actor Pepe Isbert. El intérprete recordó que, profesionalmente, su madre era "una compañera entrañable", que "nunca tuvo envidia de nadie, se alegraba de los triunfos de los compañeros".