Vitoria. A veces, la letra es música. Pianoaren kordak/endredatzen direnean/sortzen dira melodiarik goxoenak. Con esta melodía de palabras comienza Hiztegi desordenatua, una de las cuarenta poesías que Blanca García Cengotitabengoa reúne en Itzaletan. Tras ganar en dos ediciones de su certamen de poesía, Krea ofrece a esta joven escritora (Vitoria-Gasteiz, 1992) el mayor de los regalos, la publicación de una recopilación de su trabajo en el mundo del verso. Su diccionario no parece nada disperso. O su desorden, al menos, se integra con la precisión de la poesía de verdad.

No son los de Krea los únicos galardones que suma Blanca. El concurso literario Urruzuno del Gobierno Vasco, el de relatos breves de Gauekoak o el de Navidad de Caja Vital también forman parte de su vitrina. ¿Acostumbrada? “Nunca te acostumbras a los premios”, asegura, fechando en torno a los catorce años -hace apenas cinco- el inicio de su relación con las letras, “escribiendo cuentos”.

Encontrarse tan pronto con su primera publicación, con el primer libro en sus manos, ha supuesto un momento “muy emocionante, mucha alegría, sobre todo por poder compartir lo que escribo”. Poemas que surgen “a bote pronto” y que incluso se pierden, ya que no todos aguantan en su memoria desde que nace la imagen hasta que llega ante el ordenador. “La cosa es ponerse”, asegura, aunque su formación universitaria no le permite tantas instantes para escribir como ella quisiera. ¿Adivinan qué estudia? Probablemente no. De hecho, rompe el estereotipo que relaciona el mundo de las Letras -Filología y anexos- con la poesía. Blanca estudia Medicina. “Yo creo que se puede hacer de todo, lo que pasa es que no puedo escribir todos los días porque es una carrera en la que hay que estudiar mucho”.

Fluidas e irónicas, sus estrofas -verso libre- entrelazan sentimientos y sensaciones, lo profundo e insondable con lo inmediato y lo que respira a flor de piel. Lo hacen en euskera y castellano -en mayor medida en el primero-, e incluso en un lenguaje híbrido que se engarza con sencillez en un modo de expresión muy contemporáneo, que bebe de brillos surrealistas (Bihotz formako hanburgesak) y juegos léxicos y conceptuales que desatan las reflexiones. Es curioso/que cuando sobran/las palabras/no nos sale pronunciar ninguna.

Harkaitz Cano y Julen Gabiria son algunos de los autores preferidos de Blanca, que explica, sin embargo, cómo le seducen normalmente -y esto lo dicen más de un escritor y lector- “más que el autor los libros”. Es complicado lograr una carrera literaria plagada de buenos títulos. Por ahora, la de esta autora empieza pronto y bien, con un Itzaletan que ya está buscando las miradas de los lectores desde sus imágenes. La imaginación de las mentes desde su horizonte. Blanca García Cengotitabengoa. Ahí tienen un nombre a seguir.