Holyhead (Reino unido). Mientras Kate Middleton va perdiendo el anillo de compromiso, porque sigue adelgazando, y el príncipe Guillermo asegura que "me tiemblan las rodillas", la Casa Real británica prevé que el enlace que tendrá lugar el próximo 29 de abril acogerá 1.900 invitados y que unos 2.000 millones de espectadores lo seguirán en todo el mundo.
Según la agencia Dpa, tras su boda Guillermo y Kate quieren seguir viviendo en Gales, en la isla de Anglesey, donde el príncipe ha residido en los últimos años y llevado una vida bastante "normal". Muchos se preguntan cómo lo ha conseguido. El número de casas es cada vez menor, las estaciones de ferrocarril se vuelven más pequeñas y se multiplican las ovejas. Desde el tren procedente de Londres, donde ya casi no queda nadie, las vistas son hermosas: al fondo el mar y la costa escarpada, más cerca casas rurales que parecen sacadas de un calendario, prados y talleres de coches medio abandonados.
En algún lugar entre las colinas de la isla de Anglesey, en la parte más noroccidental de Gales, vive el príncipe Guillermo y pronto la que será la princesa Catherine. Desde que Guillermo comenzó aquí su formación como piloto de helicópteros quedó prendado del lugar. A principios de septiembre de 2010 se convirtió en aprendiz de copiloto del equipo de rescate de la base local de la Fuerza Aérea, RAF Valley. Su trabajo allí acabará en 2013.
Según se dice, Guillermo encontró en Anglesey algo que no tiene en ninguna otra parte: una vida bastante normal. Allí alquila una casa, conduce su coche y compra regularmente en el supermercado local. Incluso le ha sido posible dar paseos en solitario por la playa con Kate cuando ésta va de visita. "Se los ve de vez en cuando", afirma el dueño de una tienda de recuerdos en Holyhead, la localidad más cercana, a unos 15 minutos en coche de RAF Valley. En el supermercado, en la moto de Guillermo e incluso alguna vez en el pub. "La gente los deja en paz", añade.
tranquilidad ¿Cómo es que los futuros reyes pueden vivir aquí sin ser molestados? "Nos caen bien. No son tan estirados como sus antecesores. Ambos son muy agradables", explica el negociante. El taxista Dean, que en la actualidad pasea por la isla a periodistas de todo el mundo, argumenta también otra cosa. "Es la mentalidad galesa. Somos muy relajados, no nos ponemos nerviosos fácilmente".
La mayoría de los habitantes saben dónde está el cottage donde vive Guillermo. "Pero nadie se acerca". Los periódicos que publiquen fotografías de la casa rural o revelen detalles al respecto enfrentan una posible demanda de Buckingham Palace.
Los residentes están contentos con la elección de Guillermo, afirma Dean. "Vienen más turistas y con ello más dinero para nosotros. Anglesey lo necesita con urgencia". Y es que en los últimos años cerraron dos grandes fábricas y se perdieron cientos de puestos de trabajo.