cáceres. El escritor argentino Ricardo Piglia, por su novela Blanco nocturno, y la poeta cordobesa Juana Castro, por Cartas de enero, recibieron ayer en Cáceres el Premio de la Crítica Literaria en las modalidades de narrativa y poesía, respectivamente. Estos premios de gran prestigio y sin dotación económica los concede la Asociación Española de Críticos Literarios (AECL) desde 1956 y se otorgan a los mejores libros de narrativa y poesía publicados en España a lo largo del año anterior tanto en castellano como en gallego, euskera y catalán.
En lengua catalana los vencedores fueron Jordi Puntí por Maletes perdudes, en narrativa, y Anna Montero por Terangines, en poesía, mientras que el galardón en lengua gallega fue para Víctor Freixanes, por Cabalo de Ouros, en narrativa, y para Marga do Val, por Acidade sen roupa au sol, en poesía. El premio en la modalidad de narrativa en euskera recayó sobre Arantxa Urretabizkaia, por 3 Mariak, y en poesía, en Miren Agurmeabe por Bitsa eskuetan. Durante la lectura del fallo del jurado, Ángel Basanta, presidente de la AECL, consideró que los ganadores "lo son en justicia". Asimismo, comentó que para él representa "una alegría que el premio viaje a Argentina, como los emigrantes hicieron antes". El propio Piglia afirmó estar "contentísimo" con el premio: "Uno se pone más contento cuando le premian los colegas y yo considero a los críticos parte de la literatura. Es una alegría que sean ellos quienes reconozcan el trabajo"."Estoy asombrado -añadió- porque es una novela muy argentina que sucede en un pueblo de La Pampa, una historia que en cierto sentido es autobiográfica, ya que está inspirada en un primo mío que puso una fábrica en el campo; no le fue nada bien, pero trató de resistir, para mí reaccionó de una manera admirable", señaló Piglia. También Juana Castro, ganadora del Premio en la modalidad de poesía, celebró que la crítica premie los poemas de una mujer aun cuando "las experiencias de las mujeres son como cosas de marcianos" para la tradición poética en general. "No lo esperaba en absoluto, es más tenía confundida la fecha, creí que faltaban aún unos días", señaló la escritora tras conocer que su obra había sido seleccionada por los críticos como la mejor obra poética de 2010.
La escritora cordobesa, que pasaba estos días "una racha mala, física, de salud y de ánimo", reseñó cómo este premio "ha venido a levantarme, a endulzarme, me ha pasado algo maravilloso justo cuando estoy mal". "Es muy significativo porque la tradición poética en general no contiene las experiencias de las mujeres, porque la mayoría de los creadores piensan que esas experiencias son cosas de marcianos, les suena ajeno y les suena a no valioso: yo tengo para mí que sí significa cosas importantes", sentenció la escritora.