Vitoria. El miedo es libre, dicen. Lo que es evidente es que, en mayor o menor medida, afecta a todo el mundo, ya sea como individuo o como parte de un colectivo. A lo largo de la historia, el arte ha mirado a aquello que le produce rechazo tanto a la sociedad como al propio mundo creativo. Y lo sigue haciendo. Con esa idea, Ricardo San Segundo, en su faceta de responsable de la programación expositiva del Dublín, tuvo la idea de plantear a cuatro artistas alavesas que comparten género, generación y contexto geográfico que utilizasen su medio de expresión creativo para hablar de eso, de lo que asusta, de lo que atenaza, desde el punto de vista de la cultura. Aquello desembocó en una serie de muestras individuales que, sin embargo, ahora cobran otra dimensión y lo hacen porque, sobre todo, se presentan de manera conjunta, confrontándose.

Se exponen, además, en un espacio distinto, artístico, con una enmarcación especial que también sugiere por sí mismo. Instalación y, ante todo, pintura dialogan en este Miedos culturales, fobias sociales que San Segundo ha compuesto gracias a la participación de Miriam Isasi, Estibaliz Saez de Asteasu, Seila Rey y Ana Díaz de Espada.

Dentro de la programación realizada por el Proyecto Amarika, la exposición se abrirá hoy mismo en la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa, donde permanecerá abierta hasta el próximo 28 de mayo. Además, en este mismo espacio tendrá lugar el lunes una conferencia complementaria a la muestra que arrancará a las 19.30 horas.

Espectador activo Cuatro mujeres que se dedican al arte, que nacieron en la década de los años 80 y que comparten además su vida en distintos puntos de Álava. Esos son sus puntos en común. Bueno, y el de haber aceptado la invitación de San Segundo para hablar de los miedos de la sociedad actual. A partir de ahí, los caminos en fondo y forma son distintos aunque tienen otro punto coincidente, la actitud que esperan generar en el otro, en quien se pone delante de sus obras.

Es ésta una exposición que busca desde el primer segundo una reacción, un impulso que lleve a la reflexión crítica que puede o no ser acorde con los planteamientos iniciales de las creadoras.

"Queremos un diálogo porque entendemos aquí el arte como un método de agitación social", explicó ayer el comisario e impulsor de la idea, quien estuvo acompañado en la presentación por dos de las creadoras, representantes del Consejo Amarika y la diputada de Cultura, Malentxo Arruabarrena, quien no dudó al calificar la muestra como muy "amarikana", adjetivo que concitó apoyos.

Propuestas En esta conversación a cuatro partes, aquella que se sale, en lo formal, del resto es Miriam Isasi, que hace poco también estuvo exponiendo en la sala Araba el último proyecto realizado en China, con el que ahora se encuentra, además, en Madrid. En este caso, ella es la única que no opta por la pintura para quedarse con la instalación artística.

No hay duda de que su pieza va a ser una de las que, a simple vista, más reacciones va a generar, puesto que ha recreado la habitual escenografía que ETA suele utilizar en sus comunicados. El temor social y político se funden aquí a lo cercano, a lo reconocible, esperando encontrar un impulso.

El poder político y las problemáticas sociales también se conjugan en los cuadros de Estibaliz Saez de Asteasu, que en su serie recrea distintas formas de dominación actual, escondiendo en ocasiones la figura humana al convertirla en la silueta de un títere.

La mujer es la que centra la atención de Seila Rey, quien también en sus cuadros se introduce en el mundo de la violencia ejercida, sobre todo, contra aquellas que también sufren situaciones dolorosas como la inmigración.

Completa el diálogo Ana Díaz de Espada, quien se toma así misma para, a través de una serie de autorretratos, recrear diferentes miedos a la espera de que el público pueda o quiera verlos cuando se acerque a la exposición.