madrid. Un hombre de arte, Bigas Luna, y un hombre de industria, Enrique González-Macho, abanderan dos candidaturas distintas y complementarias para asumir la presidencia de la Academia de Cine, huérfana desde la mediática dimisión de Álex de la Iglesia, que ha desmentido la candidatura de Azucena de la Fuente.

Tras la polémica dimisión de De la Iglesia, el pasado enero, por su desacuerdo con la Ley Sinde, la Academia de Cine cerró ayer el plazo para presentar candidaturas a las próximas elecciones, convocadas para el 10 de abril. Por segunda vez en su historia, la Academia no otorga su presidencia a una única candidatura, sino que, como sucedió en 2006, cuando se disputó el puesto entre Ángeles González-Sinde y Gil Parrondo, vuelve a haber unas elecciones plurales. Podrían haberlo sido más, pero la actriz Azucena de la Fuente, que se había postulado ante la prensa como tercera opción, finalmente no ha formalizado su candidatura.

Así quedan dos nombres de peso en el cine español. Bigas Luna refuerza su candidatura con la actriz y cantante Leonor Watling, con la que trabajó en "Son de mar", y con el director de producción Yousaf Bokahri, que ya formaba parte del equipo directivo de la Academia.

González-Macho, por su parte, se rodea de la joven actriz vasca Marta Etura, ganadora del Goya por Celda 211, y la directora y guionista catalana Judith Colell, ganadora del premio especial del jurado en San Sebastián con Elisa K.

En su vocación de apoyar al cine español -"barrer lo que haya que barrer", según González-Macho- y en la alabanza a su predecesor, Álex de la Iglesia -"que se volcó totalmente", según Luna- acaban las similitudes, porque los programas toman direcciones muy distintas. Bigas Luna tiene a su favor la popularidad, la visión artística y su indudable tino para encontrar nuevos talentos: suyos son descubrimientos como Javier Bardem, Penélope Cruz o Verónica Echegui y prometió dar "un toque sexy" a una institución con imagen apolillada. El principal eje de su candidatura es coherente con esta habilidad: "Creo que puedo ayudar a que la Academia dé una mayor proyección al cine español a nivel europeo e internacional. Explotar la cultura española como marca, porque es una imagen muy potente".

En su contra juega la disponibilidad, pues vive en Tarragona -"aunque hace ya muchos años que tengo un pie en Madrid", aseguraba- y afirmaciones como esta: "Puedes dedicarle a la Academia todo el tiempo que tú quieras y organizar los Goya es un trabajo difícil, pero mi trabajo es dirigir películas".

Su apertura respecto a las descargas de cine en Internet también preocupa. Prometió empezar su presidencia con una "jornada de descargas" para explicar los pormenores de su postura al respecto. Además, como De la Iglesia, ha sido menos protocolario que su contrincante e hizo pública su candidatura a través de la prensa.

González-Macho, propietario de los cines Renoir y productor de La noche de los girasoles, fue más protocolario y primero comunicó su decisión a la Academia. Su apuesta es hacer de la institución algo "profundamente apolítico".

Tras los datos oficiales de taquilla de 2010 que apuntaban el peor año desde 2000, la visión de negocio de González-Macho es vista con buenos ojos por el sector industrial del sector. "Queremos una Academia integradora", explicaba ayer, uniendo así a los distribuidores, exhibidores, creadores, interpretes y productores gremios menos visibles como los estudios de doblaje, de efectos especiales y otras disciplinas técnicas. También señaló el acercamiento del cine a los niños, la paridad y la revisión histórica del cine español entre sus prioridades, pero no así las descargas. González-Macho flaquea en el poco tirón de su imagen de cara al público, para quien su candidatura, "es atípica".