Vitoria. Un día en la vida de cualquiera puede dar para mucho, incluso para que no pase nada. Claro, qué decir de los 365 de todo un año. A Yosigo los doce meses de 2010 le han servido, entre otras cosas, para desgastar el obturador de su cámara fotográfica y componer un diario vital y creativo que se ha traducido en cientos de imágenes, cuyos negativos descansan ahora bien archivados y documentados. Los positivos, sin embargo, comienzan hoy un nuevo viaje, esta vez expositivo. Se muestran hasta el próximo 7 de mayo en Espacio Zuloa gracias a la invitación realizada por la Asamblea Amarika al donostiarra José Javier Serrano, verdadero nombre del artista.
Su estreno en Gasteiz (la inauguración se producirá esta tarde a las 20.00 horas) será toda una primicia, por lo menos en este mundo, porque en el otro, en el virtual, se han ido viendo algunas de las instantáneas en un blog abierto a tal fin.
Mapa de memoria 2010 es el título de este recorrido vital y fotográfico en el que cobra interés el resultado final pero también el camino realizado. "De hecho, a nosotros lo que más nos interesa de este trabajo es el proceso", confiesa Sonia Feligreras, del Consejo Amarika. Y es que, en esta ocasión, Yosigo se ha obligado a optar por lo analógico.
"Para mí la fotografía es un vicio, una manera de expresión. Y esta vez quería no dejarme llevar por lo digital, buscar la magia de lo analógico, su imperfección, sacar una imagen y no saber qué ha pasado hasta que revelas el carrete, no poder mirarla al instante de tomarla... Eso me ha ayudado también a recuperar sensaciones", describe José Javier Serrano.
Armado con una cámara compacta ha confeccionado lo que el propio artista define como "un cajón de sastre", aunque sería más justo decir que Yosigo compone esta muestra a base de momentos cotidianos. La historia, el argumento, el fondo... es la propia vida.
Más de 400 fotografías nacidas de 75 carretes son el resultado final. Y todas ellas se encuentran ahora en la capital alavesa. La mayoría lo hacen en un formato pequeño. Es una cuestión de espacio. Y más en Zuloa, que es grande en muchas cosas, pero tampoco es que le sobren los metros cuadrados. A mayor tamaño que el resto de las instantáneas aparecen tanto algunas creaciones que el autor considera más representativas de su particular diario visual como dos series nacidas a partir del proyecto inicial: Siam Park y México.
Desde su Donostia natal hasta Madrid o Barcelona pasando también por el otro lado del Atlántico, el fotógrafo ha ido componiendo un mapa en el que el contexto carece de importancia en la mayoría de los casos, no es relevante el dónde, sino lo que se muestra. Y ahí hay desde imágenes con los amigos hasta composiciones más o menos improvisadas. Un de todo un poco entre lo sencillo (que no simple) y lo buscado y premeditado.
Objetos, espacios y personas salen de su rutina para mostrarla como es, sin necesidad de perfeccionar una imagen que en realidad no existe. Yosigo compone así un mapa propio y por lo tanto desconocido para el público aunque cualquiera puede verse reflejado en instantes, formas o sucesos. La vida tiene muchos lugares comunes. Con esos mimbres se compone esta exposición, la primera del año tras el experimento navideño de Zuloa.