París. La actriz francesa Maria Schneider, protagonista de El último tango en París, de Bernardo Bertolucci, falleció en la capital francesa a los 58 años de edad tras un largo cáncer, informaron ayer sus allegados. Hija del actor Daniel Gélin y de la modelo Marie-Christine Schneider, la intérprete fue seleccionada directamente por Bertolucci para dar la réplica a Marlon Brando en la tórrida historia de amor que se convirtió en una de las películas más escandalosas del momento. Por este papel sufrió una grave crisis personal. Manifestó en repetidas ocasiones que El último tango condicionó en gran medida su profesión y su vida íntima.
Contaba sólo con 19 años y una carrera profesional que había comenzado cuatro antes en el teatro, pero que también le había llevado a la gran pantalla en L"Arbre de Noël, de Terence Young, o como compañera de Alain Delon en Madly, de Roger Kahane.
Fue el director italiano quien la eligió personalmente de entre un centenar de jóvenes que se presentaron a la selección. Era una gran oportunidad para ella, pero el imponente papel en la polémica obra acabó por encasillarla. Tras aquella aparición, Schneider no quiso volver a salir desnuda en ninguna de las películas en las que trabajó. En contra de su voluntad se convirtió en una figura de la revolución sexual junto con Brigitte Bardot, en cuyo apartamento vivía mientras rodaban la película. Aunque el destino le reservaba otra gran aparición, de nuevo, junto a un grande del cine, Jack Nicholson. Fue en Professione: reporter, de Antonioni, donde interpretó a la misteriosa mujer que encuentra el reportero recién llegado de África. Su destino parecía unido a grandes intérpretes y en los años siguientes apareció junto a David Bowie o Gérard Depardieu, entre otros, además de rodar bastantes cintas en Italia. Pero en paralelo a su carrera interpretativa, Schneider parecía cerrarse sobre sí misma y ahí comenzó a labrarse su fama de actriz maldita, entre drogas y depresiones. No obstante, en 1980 logró el César del cine francés a la mejor actriz secundaria por su actuación en La Dérobade, la mayor recompensa que atesoró.