Llega el fin de año pero parece que nada ha cambiado. Y si lo ha hecho, ha sido a peor. 2009 terminaba con la crisis económica campando a sus anchas y con consecuencias como el cierre de la revista de promoción de la cultura y la lengua vasca Geu o la reducción de casi un 9% del presupuesto de Artium, mientras los organizadores del Araba Eskena se presentaban en pelotas ante los medios de comunicación para denunciar sus penurias monetarias, por citar sólo algunos casos. Pero es que los últimos doce meses han venido a ahondar en una situación complicada en la que el sector cultural alavés se ha encontrado con que no tiene más agujeros en su cinturón. De hecho, el ya citado certamen teatral no ha podido celebrar su tercera edición, los escenarios de Amurrio y Agurain han tenido que reducir sus programaciones, el museo de la calle Francia ha visto como sus cifras para 2011 no se mueven un ápice... Aunque tal vez la imagen más gráfica de cómo están las cosas es el concierto suspendido por parte de Joaquín Sabina en el Buesa Arena ante la falta de un patrocinador que hiciera posible una actuación que en taquilla estaba funcionando bien.

Aun así, y aunque parezca mentira, hay cosas que se han podido sacar hacia adelante y han nacido en este 2010 que ahora concluye. Es el caso de la Gasteiz Film Office impulsada por el Ayuntamiento, o del Consejo Asesor de las Artes Musicales por parte de la Diputación, o de la Vitoria-Gasteiz Orchestra, formación creada desde la iniciativa privada de Sonora Estudios para poder grabar en la ciudad bandas sonoras para trabajos audiovisuales, o la celebración de la primera edición del festival musical Muak!. Sin olvidar pasos hacia adelante como el que ha dado la productora Kunka, que a pesar de meditar en profundidad su posible adiós ha decidido seguir apostando por la creación aun a costa de realizar diferentes recortes.

Y es que, a pesar de todo, el sector del territorio, también en el ámbito de lo privado y lo asociativo, tiene músculo suficiente para resistir incluso cuando no pueden venir peor dadas. El problema para muchos es que, como se suele decir, no se ve la luz al final del túnel. Las perspectivas para 2011, a tenor de los presupuestos aprobados por las distintas instituciones, no invitan al optimismo y para algunos pensar en aguantar hasta 2012 para ver si el enfermo mejora es demasiado. Ejemplos cercanos como el de Chillida-Leku están poniendo a más de uno los pelos como escarpias.

A esa situación de crisis económica se ha unido este año cierta incertidumbre política. Mientras en el Gobierno Vasco están más preocupados de lo que pasa en Bizkaia y en Gipuzkoa (¿de verdad Blanca Urgell se siente alavesa?), en la Diputación han tenido un año como para olvidar. Desde casi principios de 2010 han estado presentes los rumores sobre la ruptura entre EA y PNV, algo que se materializó hace unas semanas con la salida de Lorena López de Lacalle de la cartera foral de Cultura. Su sustituta, Malentxo Arruabarrena, está todavía aterrizando, sabiendo, además, que, en principio, lo hace sólo para seis meses. Y entre medio, el sector del territorio se encuentra más que preocupado porque tanto ir y venir, y encima con el bolsillo vacío, no es nada bueno. Por lo menos en el Ayuntamiento parece que todo está más tranquilo. De hecho, no hace nada ha puesto en marcha, junto a Korrontxo, un circuito escénico para grupos locales.

En este contexto se han producido los doce últimos meses, un tiempo que ha dado para mucho. Al Max conseguido en 2009 por Damián Muñoz le ha seguido el Nacional de Cómic para Antonio Altarriba o el Euskadi de Literatura para Patxi Zubizarreta, sin olvidar otros premios y galardones que han llegado a Álava, como el de mejor actor para Unax Ugalde en el Festival de Málaga, o los reconocimientos que ya está obteniendo en medio mundo la última producción de Silverspace, o el conseguido por Casto Solano en París...

A eso hay que sumar cumpleaños que incluso se han podido celebrar a pesar de la crisis. Por ejemplo, el Conservatorio Jesús Guridi ha aprovechado el 25º aniversario de su última sede para lanzar una campaña en toda regla que le ha servido para reivindicarse como agente cultural activo. También Helldorado está conmemorando su décima temporada, un camino que no ha sido fácil en lo monetario pero que hay que valorar como más que estimulante en lo cultural. Todo ello sin aparcar los 20 años del grupo teatral Pikor o los 10 de la recuperación de la Catedral Santa María.

Pero todo eso ya es pasado. Atrás quedan noticias de todos los colores (la peor, el fallecimiento de Félix González Petite). Ahora es tiempo de mirar a un 2011 complicado y duro en lo económico pero que ya tiene la mirada puesta en diferentes acontecimientos que marcarán a Álava.

Será el caso de la inauguración (sí, por fin) de la nueva sede del centro cultural Krea tras cuatro años largos de espera. O el de la décima edición del Azkena Rock Festival, una cita que se espera con muchas ganas. O... Bueno, lo mejor será dejar que las cosas vayan pasando y desear que la falta de dinero no se lleve nada más por delante.