Sin quererlo ni saberlo, ayer los dos alaveses coincidieron en las tiendas y por el mismo motivo, la música. Iker Jiménez se mueve en otros campos, pero ahora se ha lanzado también a las sendas sonoras. Inma Shara ya sabe lo que se hace en este territorio. La directora de orquesta, eso sí, se ha enfrentado ahora a un reto distinto. Y es que, en este caso, no se trata de cautivar el oído de los adultos a golpe de batuta. No. Los que están escuchando son pequeños espectadores.

La excusa se llama La isla de los sonidos (Sony Music), un CD que también tiene forma de libro y de DVD. Se trata de un trabajo para todos los públicos que, sobre todo, intenta acercarse a los oyentes más jóvenes, a aquellos pequeños que tal vez no tengan muy claro qué es eso de la música clásica o si les puede resultar algo interesante.

En una época como la actual, dominada por videojuegos de todo tipo y condición, puede parecer misión imposible intentar adentrarse en oídos que, como mínimo, son reacios a determinadas propuestas, máxime cuando se asocia lo clásico a aburrido o sólo para mayores. Esfuerzos para conseguir darle la vuelta a esa situación se llevan a cabo muchos. Incluso aprovechando la influencia de la pequeña pantalla. Y en algunos casos, hasta consiguen su objetivo.

Ese es el camino que sigue esta propuesta que ya se puede encontrar a la venta. La isla de los sonidos es un cuento hecho música o viceversa. La historia en imágenes que se incluye en el libro ilustrado por Fran Bravo que acompaña al álbum sirve para seguir un acompañamiento musical en el que se mezclan composiciones de Mozart, Tchaikovsky, Saint-Saëns, Rossini, Grieg y Strauss con las melodías bien conocidas de películas como de La guerra de las galaxias y Piratas del Caribe.

En total, el CD incluye 13 obras, grabadas todas ellas por la Orquesta Sinfónica Nacional Checa bajo la dirección de Inma Shara, que también ha coordinado todo el proyecto. Todo ello se completa con un DVD en el que se recoge el cuento animado y un documental a modo de cómo se hizo... en el que también toma parte la artista de Amurrio.

"La isla de los sonidos es una sinfonía hecha realidad interpretada para la difusión de la música clásica", escribe Inma Shara en el disco. "La presencia de la música y el conocimiento entre los niños es vital para su formación futura como seres humanos, crea verdaderos lazos armónicos y supone una gran alegría de vivir y comprender la vida. En el álbum es la melodía la que, desde la narrativa y la ilustración, nos adentra en el maravilloso mundo de la orquesta", apunta la directora de orquesta, que hasta ahora no se había visto en un proyecto de este tipo destinado a los más pequeños.

Bajo estos preceptos se construye este trabajo que se abre con La bella durmiente de Tchaikovsky y se cierra con la Marcha Radetzky de Strauss, composición ésta última que no deja de tener su gracia teniendo en cuenta la cercanía del final de año.

Shara ha realizado este proyecto en paralelo al desarrollo de su apretada agenda, que en este 2010 ha llevado a su batuta incluso dirigir el concierto que supuso la clausura del día de Europa en la Expo Universal de Shangai 2010, el pasado día 9 de mayo, al frente de la Joven Orquesta Europea.

Ahora su público es otro, el de los pequeños, el de aquellos que son difíciles de atrapar, aunque, si se consigue, puede uno tener a grandes oyentes. La isla de los sonidos intentará convencerles.