DONOSTIA. "Una película no la hace una sola persona", reconocía emocionada esta actriz, que interpreta en la película a Florència, una madre sufridora que asiste a la desintegración de su familia por el ambiente moralmente crispado de la posguerra.
Su premio representa a un filme que sonaba fuerte en las apuestas para alzarse como gran vencedor. "No he visto ninguna otra película, pero Agustí es un director con un talento espectacular, se lo merece todo", ha asegurado poco después de anunciarse el palmarés, y ha descrito a su compañero de reparto, Roger Casamajor, como la "gran inspiración" para crear su personaje.
"Este premio es para todos", sentenciaba esta actriz en cuya filmografía también figuran "Las vidas de Celia" y "Lo bueno de llorar", y que se declaraba admiradora de la literatura de Emili Teixidor, autor de la novela en que se basa la película.
"El libro me ayudó mucho, me dio mucha información que no estaba en el guión y me parece precioso", ha asegurado.
La película, a pesar de tener el sambenito de cine español centrado en la Guerra Civil y sus consecuencias, ha sido defendida por la actriz. "Si está bien actuada, bien dirigida y bien contada puede ir de cualquier cosa", ha comentado.
"Pa negre", no obstante, va más allá de lo histórico y por eso fue elogiada en Donostia. "Habla de un pueblo, de una gente, de una familia. Habla de emociones", ha matizado esta actriz nacida en Barcelona en 1975.
Navas encadenó el rodaje de esta película con la representación teatral de "La casa de Bernarda Alba", de Federico García Lorca. "No me sacaba esta cosa de la tragedia de encima", ha confesado, y no se ha atrevido a decir si el cine será ahora un lugar fértil para su talento. "De momento aquí estamos", aseguraba.
Navas ha recordado que ya había estado en Zinemaldia pero de manera muy distinta. "Vine porque salía en la película de Agustí Vila ('Un banco en el parque') pero ni invitada ni nada. Me quedé en una 'pensión Mari' y vine a ver películas", ha relatado. Pero ahora su paso ha sido totalmente triunfal.
Además, ha considerado que esta película "tiene por su clasicismo, un lenguaje muy particular. Un vocabulario especial en el catalán de esa época que la hace no diría teatral, pero sí una propuesta muy formal".
Durante los ensayos ha reconocido haber "sufrido mucho, porque Augstí es muy exigente, aunque también te da mucha confianza". Hoy el esfuerzo ha tenido su recompensa: subirá al escenario del Kursaal -vestida de Costana- a recoger su premio y pondrá en orden en su discurso "todas las sensaciones que han surgido desde que se estrenó aquí la película".