Madrid. "Porque la vida puede ser maravillosa", decía el comentarista deportivo Andrés Montes. Eso es lo que ha debido de pensar Ana Torroja tras recuperarse del grave accidente sufrido en 2008. ¿Y dónde plasmar ese cambio? Pues es Sonrisa, el nuevo disco que la madrileña presentará la semana que viene. Se trata de su quinto álbum y viene cargado de novedades.

"El accidente me hizo valorar mucho más todo y dio la vuelta por completo al concepto de aquel disco", cuenta Torroja, y ello se ha traducido en un nuevo disco con unas canciones "más vitales, con más fuerza, me presento pisando fuerte", dice.

El productor Andrés Levin ha ayudado a la artista a lograr un trabajo diferente al resto. La cantante dice que Levin es un trabajador "intuitivo". Es uno de los productores más reconocidos de la actual escena musical, avalado por sus trabajos con Tina Turner, Carlinhos Brown o Miguel Bosé.

La grabación del álbum se realizó en Nueva York, una ciudad "especial". El disco está marcado por la larga lista de colaboradores que han ayudado en la elaboración. Junto a Levin, la gente "talismán" de Torroja como Miguel Bosé o Aleks Syntek, aquellos con los que ya vivió éxitos en el pasado y con los que mantiene una relación "de piel".

Por otro lado, personas a las que no conocía pero con las que compartía "una admiración mutua", caso de Mai Meneses, de Nena Daconte, que ha escrito el tema Sueña.

El positivismo imprimido en Sonrisa se manifiesta hasta en el orden de las canciones. "Andrés y yo ideamos un posible orden cada uno por nuestro lado y al final resultó que sólo diferíamos en un tema", relata.

El primer sencillo, que se titula también Sonrisa, muestra a una Ana Torroja más firme y rockera en su forma de cantar. A partir de ahí se inicia un "crescendo" que se detiene a la mitad, con Soy, "una canción para reflexionar", y después se retoma esa energía, "que se halla incluso en las baladas". Torroja se desmarca del contexto actual de crisis económica y se empeña por ponerle color a una "vida que cada vez parece más gris y de capa caída. Hay que sonreír, aunque sólo sea un segundo", opina la cantante, para quien "la felicidad" es un estado real. Mientras Ana Torroja estaba aún implicada en el desarrollo del nuevo disco le surgió la oportunidad de viajar a Mali, un país sin agua corriente, sin luz, donde "el concepto de felicidad es otro".

"Te das cuenta de que aquí nos llenamos de necesidades", reflexiona la cantante, que pasó 10 días en el país de la mano de la ONG VOCES, con la que se ha embarcado en un proyecto para la construcción en Bamako de una escuela con especial atención a la formación musical y artística.

Marcada por la experiencia, el próximo 16 de octubre participará en pos de ese objetivo en un concierto solidario en La Farga de L"Hospitalet (Barcelona). Ana Torroja siempre ha sido especial y ahora lo es más. Después de treinta años en el mundo de la música, la cantante sigue empeñada en arriesgar y probar cosas, "aunque lo anterior funcionase", señala. ¿Le hará volver a lo más alto su nuevo disco Sonrisa?