Vitoria. No ha pasado tanto tiempo desde que su segunda edición cerrase camino tras los últimos pasos de su gira cultural por diferentes puntos de Euskal Herria y el Estado y ya se ha puesto en marcha su tercera entrega. Inmersiones, el programa nacido bajo el impulso del Proyecto Amarika y la Diputación para testar el hoy y el ahora del arte contemporáneo emergente del País Vasco y Navarra, ha empezado a calentar motores en pleno agosto tras la publicación de su nueva convocatoria en el Boletín Oficial del Territorio Histórico.
Con un presupuesto total de 5.000 euros, el programa seguirá manteniendo la estructura que tan buenos resultados le ha dado hasta el momento. Así, entre el 1 y el 15 de octubre se abrirá el plazo para que todos aquellos creadores que estén interesados puedan enviar a la organización del encuentro los proyectos creativos en los que trabajan con el fin de o bien tomar parte en la muestra de dossiers (se seleccionarán un máximo de 50) o bien tener la posibilidad de presentarlos en primera persona (los elegidos serán 30) ante colegas, agentes del sector cultural y público en general dentro de las jornadas de puertas abiertas que tendrán lugar en diciembre de este año.
Además, como ha pasado en los años anteriores, se realizarán actividades paralelas a esas citas en la sala Amárica, aunque, de momento, la Diputación no concreta en qué consistirán dentro de la disposición administrativa publicada el pasado viernes en el BOTHA. Ya habrá tiempo para más concreciones.
De todas formas, más allá de unos u otros detalles, la línea seguida hasta el momento por Inmersiones será la misma este año. Es decir, el objetivo principal pasa por sondear qué están haciendo en estos mismos momentos los creadores jóvenes o emergentes. No se trata de mostrar obras acabadas, que también, sino enseñar los procesos de trabajo que están llevando a cabo autores del País Vasco y Navarra, con especial atención, por supuesto, a aquellos que son de o residen en Álava.
Desde la pintura hasta la performance, desde el net art hasta la escultura, no hay límites en cuanto a los modos de expresión. La convocatoria no pretende constreñir nada, todo lo contrario, busca realzar el mapa de lo que está sucediendo y ser un punto de unión entre los propios creadores y de ellos con comisarios, directores de museos y centros culturales, críticos, expertos, responsables institucionales y todos aquellos que estén relacionados de una u otra manera con la cultura. Y, por supuesto, en este campo también se incluye al público interesado.
Los 50 proyectos seleccionados al objeto de poder ser expuestos en la sala Amárica en forma de dossier recibirán 55 euros cada uno. Los 30 elegidos para las presentaciones presenciales, por su parte, obtendrán 75. Aunque medir en dinero lo que puede suponer el paso por Inmersiones puede parecer un tanto escaso.
Experiencias Inmersiones nació hace un par de años y ya desde el primer momento cosechó bastante más de lo previsto en un inicio, sobre todo gracias a la respuesta de los propios creadores. Esa línea ascendente se vio refrendada en 2009, año en el que el proyecto siguió creciendo en cuanto a sus actividades, algo que incluso va a dar más frutos en breve tiempo.
Y es que tras la celebración de su segunda edición, el programa realizó una gira por diferentes puntos del Estado para presentar a los artistas participantes en museos, centros culturales y proyectos artísticos, contactos de los que han nacido colaboraciones a distintas bandas que están en proceso de hacerse visibles.
Estos buenos resultados son la base para seguir apostando por una fórmula novedosa que busca dar un nuevo impulso a los creadores locales y del entorno. Autores que hasta el momento siempre han respondido a la invitación de Amarika y la Diputación y que ya pueden prepararse para este tercer encuentro.