SIdney. El actor y director Paul Hogan, más conocido por su papel de Cocodrilo Dundee, no puede salir de Australia hasta que pague al fisco los 133 millones de dólares (unos 104 millones de euros) que debe, según indicó su abogado y recogieron varios medios locales.

El actor australiano, que se hizo famoso con sus películas sobre el cazador de cocodrilos Cocodrilo Dundee en los años ochenta, se mostró "horrorizado" al conocer que la Oficina de Impuestos Australiana le impide volver a Estados Unidos, donde vive junto con su esposa e hijo. Según el diario The Australian, Hogan, de 70 años, se encontraba en estos momentos en Australia para asistir al funeral de su madre, que falleció a los 101 años.

El fisco australiano acusa al actor de no declarar ingresos obtenidos desde 1986, el año que protagonizó la primera película de la saga Cocodrilo Dundee, el mayor éxito del cine australiano hasta el presente con una recaudación en taquilla de más de 350 millones de dólares.

"Venid y cogedme, cabrones miserables", afirmó el año pasado Hogan, cuando la Hacienda australiana pidió ayuda a las autoridades de Estados Unidos para investigar sus cuentas bancarias. Hace tres años, el actor vendió todas sus propiedades en Australia y se fue a vivir a Santa Bárbara, en California, donde reside con su esposa Linda Kozlowski, quien también fue su pareja en la primera, segunda (1988) y tercera secuela (2001) de Cocodrilo Dundee.

El pasado miércoles, Kozlowski y su hijo Chance fueron obligados a abandonar Australia sin su marido y padre Paul Hogan, al que las autoridades retuvieron tras denegar la salida en el aeropuerto de Sidney.

En el año 2006, las autoridades australianas comenzaron a investigar al actor y director australiano tras detectar que varios pagos por las películas sobre el cazador de cocodrilos fueron realizados a través de sociedades en Chile y en las Antillas Holandesas, en el Caribe, para evadir el pago de impuestos. "Está aturdido y muy decepcionado por que el Gobierno considere que hay riesgo de fuga", dijo su abogado, Andrew Robinson. "Él niega la responsabilidad aducida por la ATO y ha presentado también objeciones que no han sido respondidas por parte de la agencia", apuntó.