barcelona. La Medalla de Oro al Trabajo que Purita Campos recibirá en noviembre le llega a la veterana dibujante de Esther y su mundo en medio de una vorágine laboral. El revival sobre la historia de aquella adolescente y su nueva vida de adulta no le ha permitido dejar los lápices. A sus 73 años, Campos sigue trabajando para poder atender a sus obligaciones: las reediciones del personaje creado en 1971, junto al guionista Phillip Douglas, y las nuevas aventuras de la Esther de 35 años, una divorciada con una hija.
Las antiguas lectoras de este cómic, entonces niñas, hoy mujeres, no se habían olvidado del personaje y querían saber qué había sido de ella, de su novio Juanito y de sus amigas. El resultado: 200.000 ejemplares vendidos por la editorial Glenat, que ha sabido ver que la nostalgia tiene tirón. De hecho, se baraja la idea, aún por concretar, de llevar al personaje a la pequeña pantalla.
"200.000 ejemplares es una cifra enorme en el mercado actual", explicó la autora, aunque puntualizó que está muy lejos de los 400.000 que se vendían de la revista Lily. "Vendía más que Mortadelo; los de Bruguera se forraron, pero yo nunca cobré los royalties" se lamenta sin rencor Pura, una amante de la moda que comenzó como figurinista.
La autora señaló que la añoranza de sus lectoras ha sido esencial en este revival y en la recuperación del personaje como mujer adulta, pero aseguró que lo que más le emociona es ver a las niñas que hoy en día se le acercan en los salones para que les firme los álbumes.
Purificación Campos desembarcó en Bruguera de la mano de Manuel Vázquez (autor de Anacleto). Fue un flechazo. El redactor jefe, Víctor Mora, le dijo que empezaba al día siguiente tras echar un vistazo a los dibujos que llevaba en la carpeta.
Sus ilustraciones de moda y sus "caritas" gustaban en la casa, pero no se libró de oír comentarios del tipo: "¡qué bien lo haces para ser mujer!". Aprendió a hacer cómic y comenzó a hacer encargos para revistas con guiones románticos.
Cuando estaba a punto de abandonar porque aquellos "guiones tontorrones" no la llenaban, desde el Reino Unido llegó la propuesta de ilustrar el serial de Esther Lucas, la historia de una adolescente desde un punto de vista diferente. Purita supo darle el perfil que exigía el personaje, y el éxito vino rodado. La dibujante, que a pesar de ser la mujer más publicada del cómic español se siente poco reconocida por los "académicos", explica que si tuviera que crear de nuevo a una Esther adolescente, ésta sería "menos niña".